La mayoría de la gente ha oído hablar de que hace unos 66 millones de años un asteroide de unos 12 kilómetros de longitud llamado Chicxulub, que en lengua maya significa "pulga del diablo", se estrelló contra lo que hoy es la península del Yucatán, en México. Aquel sobrecogedor impacto, que fue el equivalente a 10.000 millones de bombas atómicas como las que se lanzaron sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, acabaría provocando la desaparición del 75% de la vida en el planeta, incluidos los dinosaurios no aviares.

Tras el tremendo impacto de aquel gigantesco meteorito se formó un cráter de impacto de unos 200 kilómetros de diámetro, hubo enormes incendios forestales, se produjeron tsunamis, y el azufre, el polvo y los escombros expulsados a la atmósfera bloquearon la luz del Sol provocando un invierno a nivel global. Pero esta no fue la única gran extinción que ha sufrido nuestro planeta. De hecho, muchos no saben que hace unos 202 millones de años se produjo una extinción masiva y menos conocida que acabó con los grandes reptiles y encumbró a los dinosaurios como dueños y señores de la Tierra. Pero ¿qué causó la llamada extinción del Triásico-Jurásico y por qué prosperaron los dinosaurios y murieron esos reptiles?

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Ilustración que muestra el momento de la caída del meteorito que provocó la extinción de los dinosaurios. 

El frío cambió la historia de los dinosaurios

Para intentar aclarar este tema, un estudio publicado en la revista Science Advances sugiere que la adaptación al frío de los dinosaurios, posiblemente gracias a sus plumas, podría haber sido la clave de su supervivencia. Paul Olsen, geólogo del Observatorio Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia y autor principal del estudio, afirma que "los dinosaurios estuvieron en las zonas más frías durante el Triásico; la clave de su éxito fue muy simple: eran animales adaptados al frío. Cuando descendieron las temperaturas en todo el mundo, ellos estaban listos y otros animales no".

Un nuevo estudio sugiere que la adaptación al frío de los dinosaurios, posiblemente gracias a sus plumas, podría haber sido la clave de su supervivencia.

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Las plumas podrían haber salvado a los dinosaurios.

Los investigadores creen que los dinosaurios aparecieron por primera vez durante el Período Triásico, hace unos 231 millones de años, en las regiones templadas del sur cuando la mayor parte de la Tierra se unió en un supercontinente llamado Pangea. Posteriormente, hace unos 214 millones de años, estos animales se extendieron al hemisferio norte, cuando en las regiones tropicales y subtropicales intermedias predominaban los grandes reptiles gigantes. Pero hace 202 millones de años sucedió algo que cambiaría el equilibrio: el frío.

Los volcanes provocan inviernos severos

El estudio, basado en excavaciones recientes llevadas a cabo en el remoto desierto de la cuenca Junggar, en el noroeste de China (que en ese período se encontraba muy por encima del Círculo Polar Ártico), explica que durante el Triásico y durante la mayor parte del Jurásico, las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono oscilaron en 2.000 partes por millón o más, cinco veces los niveles actuales, por lo que las temperaturas tenían que haber sido muy elevadas. Sin embargo, algunos modelos climáticos sugieren que las latitudes altas eran más frías la mayor parte del tiempo, por lo que habrían recibido menos luz solar y las temperaturas habrían descendido, al menos estacionalmente.

Algunos modelos climáticos sugieren que las latitudes altas eran más frías la mayor parte del tiempo.

Foto: Lamont-Doherty Earth Observatory

Imagen del desierto de la cuenca Junggar, al noroeste de China, donde se realizaron las excavaciones.

De hecho, al final del Triásico se extinguieron más de las tres cuartas partes de todas las especies terrestres y marinas del planeta, así como todos los reptiles de gran tamaño. Los únicos animales que sobrevivieron fueron las tortugas, al igual que algunos mamíferos primitivos. En aquel momento, Pangea empezó a dividirse en lo que ahora es el océano Atlántico y se fue separando lo que ahora es el continente americano de Europa, África y Asia, lo que provocó unas catastróficas erupciones volcánicas que lanzaron grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera causando picos de temperatura letales en la Tierra.

Al final del Triásico se extinguieron más de las tres cuartas partes de todas las especies terrestres y marinas del planeta.

Los autores del estudio hacen referencia además a otro factor: los aerosoles de azufre arrojados durante las constantes erupciones volcánicas desviaron tanta luz solar que acabaron causando continuos inviernos globales al concentrarse en la atmósfera altos niveles de gases de efecto invernadero. Estos inviernos podrían haber durado una década o más, e incluso los trópicos podrían haber sufrido períodos de congelación sostenidos, lo que habría acabado causando la muerte de los reptiles, pero no la de los dinosaurios aislados, los cuales, adaptados al frío, pudieron soportar bien las bajas temperaturas. "Episodios invernales severos durante las erupciones volcánicas pueden haber traído temperaturas bajo cero a los trópicos, que es donde parecen haber ocurrido muchas de las extinciones de grandes vertebrados desnudos y sin plumas, mientras que a nuestros amigos con plumas finas, aclimatados a temperaturas más frías en latitudes más altas, les fue bien", concluye Dennis Kent, geólogo del observatorio Lamont-Doherty y otro de los autores de este interesante estudio.