El devastador terremoto en Marruecos no solo resalta la poderosa dinámica geológica que gobierna nuestro planeta, sino que también plantea preguntas sobre la actividad sísmica en regiones cercanas.
Concretamente, el terremoto de magnitud 6,8, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, que sacudió el centro de Marruecos ha sido el más fuerte que ha vivido el área desde 1900.
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Una mujer camina entre los escombros en la localidad de Moulay, Marruecos, afectada por el terremoto.
Para entender por qué este evento fue tan relevante, en primer lugar resulta esencial comprender las intrincadas dinámicas que facilitaron este fenómeno. Vamos a sumergirnos en las razones científicas detrás de este evento y cómo puede tener repercusiones en áreas circundantes, como el sur de España.
EL EPICENTRO DEL TERREMOTO EN MARRUECOS
La región de Marruecos, como muchas otras zonas alrededor del mundo, está sujeta a fuerzas tectónicas que, en ocasiones, pueden liberar energía en forma de terremotos. Marruecos se encuentra cerca de la convergencia de varias placas tectónicas importantes: la placa africana y la placa euroasiática.
La africana abarca gran parte del continente africano, partes del océano Atlántico e Índico, y la euroasiática, gran parte de Europa y Asia, extendiéndose desde el Atlántico hasta el Pacífico norte.
Esta convergencia es un área de intensa actividad geológica, lo que puede resultar en movimientos sísmicos. La tensión acumulada debido a la constante interacción entre estas placas puede liberarse en forma de un terremoto, lo que explica por qué ocurrió este evento en esta región específica.
En la región del Mediterráneo, la placa africana está moviéndose hacia el norte, encontrándose con la placa euroasiática. Este es un encuentro convergente, lo que significa que las dos placas están chocando una con la otra. Esta interacción ha dado origen a una serie de fenómenos geológicos:
Formación de montañas: la colisión de estas dos placas ha sido fundamental en la formación de cordilleras montañosas, como los Alpes.
Actividad sísmica: esta interacción también es una fuente significativa de actividad sísmica en la región, incluyendo terremotos que pueden ser bastante destructivos.
Actividad volcánica: además, esta colisión ha alimentado la actividad volcánica en la región, especialmente en áreas como Italia, que es hogar de varios volcanes activos.
Cierre del Mar de Tetis: en una escala de tiempo geológica, esta convergencia ha estado cerrando lentamente el antiguo mar de Tetis, dando lugar a la formación del mar Mediterráneo.
El epicentro del seísmo se ubicó a 70 kilómetros de Marraquech, una de las localidades más turísticas del reino alauí y ubicado en las montañas del Alto Atlas.
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El terremoto de magnitud 6,8 afectó a varias localidades de Marruecos, como Tahannaout, en la imagen.
La actividad sísmica no suele ser tan fuerte como la que ha tenido lugar recientemente. La razón de este inesperado cambio en la tendencia podría residir en la escasa profundidad del epicentro, situado a 8,5 kilómetros bajo la superficie; a medida que la profundidad aumenta, las ondas sísmicas se atenúan, reduciendo los daños en la superficie. No obstante, una menor profundidad puede resultar en daños más significativos. Esta notable intensidad también es la razón por la que el seísmo fue perceptible en numerosas provincias de España.
Además de la profundidad, la resistencia de las construcciones representa un factor crucial en la magnitud de los daños. En la región afectada predominan estructuras vulnerables, como edificios de adobe y ladrillos no reforzados, que no están equipadas para soportar terremotos intensos, siendo más susceptibles a daños, especialmente en las áreas antiguas de las ciudades. Este riesgo se intensifica por el hecho de que el terremoto ocurrió de noche, momento en que muchas personas estaban en sus hogares, potencialmente incrementando las lesiones personales.
¿PODRÍA OCURRIR EN ESPAÑA?
El seísmo no se circunscribió únicamente a Marruecos. En Argelia, el país adyacente en la frontera oriental, así como en las Islas Canarias, situadas frente a la costa marroquí, se percibió notablemente el temblor. Este fenómeno también resonó en ciertas áreas de Andalucía, específicamente en su región occidental.
El sur de España, al igual que Marruecos, está influenciado por la interacción de la placa africana y la placa euroasiática. La complejidad de esta interacción significa que existe una posibilidad de actividad sísmica en España.
Según el Instituto Geográfico Nacional, España presenta una "peligrosidad sísmica moderada", influenciada principalmente por la fractura Azores-Gibraltar-Túnez, un punto de interacción clave entre estas placas. Las zonas de mayor actividad sísmica en España se localizan en el sur y el levante, donde interactúan varias microplacas, destacando áreas como Granada y Almería como focos de notable actividad sísmica. Así pues, si bien no podemos predecir con certeza cuándo ocurrirá un terremoto, es vital que las áreas propensas a estos estén preparadas para mitigar los riesgos asociados con estos eventos geológicos.