La Tierra es el único planeta del sistema solar que sabemos que alberga vida. La existencia de la vida en la Tierra depende de factores fisioquímicos que, a su vez, son el resultado de su distancia al Sol y de su tamaño y su masa. Pero, más allá de la Tierra, en los exoplanetas ¿qué elementos determinan que pueda o no haber vida en ellos?
Como hipótesis de trabajo se asume que para que un planeta sea habitable se debe cumplir que tenga una fuente de energía (una estrella o su propio calor interior), una cierta abundancia de átomos esenciales para la vida (C, N, O, P, etc.) y que exista agua en forma líquida. Aplicando estas condiciones a la superficie del planeta, ello permite definir la denominada zona habitable, que es el rango de distancias orbitales alrededor de una estrella donde un planeta tiene un clima estable y su temperatura permite que el agua esté en forma líquida, entre 0 ºC y 100 ºC.
Para definir un planeta habitable es esencial comprender qué regula su clima y en qué condiciones este clima es estable. No puede ser demasiado ligero porque su gravedad no será capaz de retener los elementos volátiles que componen su atmósfera y, por tanto, su agua. El límite inferior en masa se acostumbra a situar alrededor de la media masa terrestre. Y también es necesario que tenga una superficie y una atmósfera diferenciadas (donde se situará el agua líquida y, por tanto, una posible biosfera), y ello implica que su masa no puede ser superior a unas diez veces la terrestre. Los planetas que crecen por encima de este límite acaban siendo de tipo gaseoso, sin una superficie diferenciada donde albergar agua en forma líquida.
Próxima Centauri b y otros exoplanetas
En la intensa búsqueda de exoplanetas los investigadores ya han encontrado algunos que cumplen las condiciones para ser potencialmente habitables. Según las cuentas actuales, existen más de 50, pero el número varía dependiendo de lo estrictos que seamos con la defección de la zona habitable y con las condiciones necesarias para gozar de un clima estable. Además, la velocidad a la que se descubren los exoplanetas (uno cada dos días y medio) hace que la lista se vaya ampliando rápidamente.
Uno de los exoplanetas más relevantes localizados en los últimos años es Próxima Centauri b. En agosto de 2016, el equipo liderado por Guillem Anglada-Escudé anunció el descubrimiento de este exoplaneta, un mundo con una masa mínima 1,3 veces mayor que la Tierra que da vueltas alrededor de la estrella más cercana a nuestro sistema solar, una enana roja a tan solo 4,2 años luz de distancia. Además, la órbita de Próxima Centauri b lo sitúa dentro de la zona habitable de su estrella.
Podría haber más de diez exoplanetas habitables a menos de 15 años luz de la Tierra.
Próxima Centauri b ha permitido a los científicos aprender sobre un exoplaneta potencialmente habitable desde un punto de vista inmejorable. Dentro de unos años, diversas nuevas tecnologías permitirán desvelar más detalles sobre este mundo fascinante y el ser humano será capaz de averiguar si su superficie está regada por ríos y océanos de agua líquida, o si se trata, por el contrario, de una paisaje desolado e inerte.
Estrellas con vida cercana
Resulta apasionante pensar que a la vuelta de la esquina, en términos galácticos, existe un planeta que podría ser adecuado para la presencia de vida. No se trata de un golpe de suerte, sino que concuerda con las estimaciones de la abundancia de planetas en el caso de las estrellas de baja masa, como es Próxima Centauri.
Es muy posible que todas estas estrellas pequeñas, las más numerosas de la galaxia, con un 70% del total, y que por lo tanto dominan el entorno del Sol, tengan uno o más planetas en órbita. Además, las estimaciones de Kepler indican que aproximadamente una de cuatro estrellas de baja masa tiene un exoplaneta de tipo terrestre en su zona de habitabilidad. Por tanto, puede haber más de diez exoplaneta habitables a menos de 15 años luz del nuestro.