Hace unos 110 millones de años, en el Cretácico Inferior, una enantiornita hembra (las enantiornitas son un grupo de aves que se extinguieron con los dinosaurios no aviares al final del Cretácico) de la especie Avimaia schweitzerae murió sin haber puesto el huevo que tenía en el interior... y puede que esa fuera precisamente la causa de su muerte. "En ocasiones, las hembras de las aves modernas mueren cuando sus huevos se quedan atascados dentro de sus cuerpos y, como el huevo de Avimaia era anormal, pudo haber muerto como consecuencia de la retención del huevo. Una cosa está clara: la hembra murió antes de que pudiera poner el huevo".
Así lo explica a National Geographic España Alida Bailleul, del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados de la Academia China de las Ciencias, una de las principales firmantes de un estudio publicado la semana pasada en Nature Communications. El primer fósil conocido de un ave con un huevo preservado en el interior de su cuerpo fue hallado en un pueblo llamado Changma, en el municipio de Yumen y en la provincia de Gansu, en la China del Noroeste. El espécimen de enantiornita, correspondiente a un nuevo género y a una nueva especie, es uno de los fósiles de pájaros del Cretácico más interesantes que se han descubierto.

El fósil de Avimaia schweitzerae es un esqueleto parcial semiarticulado que incluye fragmentos pélvicos y las extremidades inferiores casi completas: las patas. El espécimen está aplastado y por eso no se distingue claramente el huevo (la región marrón-anaranjada del centro) en el interior del abdomen. El equipo científico extrajo un pequeño fragmento y lo analizó con un microscopio: el tejido, inusual, era el de un huevo. El sistema reproductivo de esta hembra de enantiornita no actuaba correctamente, pues la cáscara del huevo presenta unas proporciones anormales y múltiples capas, a diferencia de los huevos normales de las aves saludables, lo que indica que el huevo fue retenido demasiado tiempo dentro del abdomen (ocurre en las aves modernas como consecuencia del estrés). "A pesar de que el fósil está aplastado podemos comprobar que las proporciones del huevo eran anormales. Podemos aprender muchos aspectos de la biología de los huevos de los organismos extintos al seccionarlos y observarlos bajo el microscopio", comenta Bailleul.
El huevo fue retenido demasiado tiempo dentro del abdomen: ocurre en las aves por el estrés
"No hay restos fosilizados del embrión, pero tiene sentido científicamente: en las aves vivas, en las gallinas por ejemplo, el embrión es extremadamente pequeño antes de la puesta del huevo y la mineralización de los huesos no comienza hasta que no han transcurrido unos pocos días después de la puesta. El embrión que estaba en el huevo de Avimaia probablemente era extremadamente pequeño y sólo estaba hecho de tejidos blandos", concluye.