El conjunto de microorganismos que se aloja en nuestros intestinos puede verse afectado por las malas condiciones ambientales, como por ejemplo la contaminación atmosférica. Es sin duda una mala noticia ya que la calidad del aire se ha deteriorado en numerosas ciudades del mundo. Los científicos ya sabían que la dieta incide mucho en la microbiota del cuerpo humano, pero ahora los expertos están empezando a sospechar que este ejército formado por miles de millones de bacterias, virus y hongos también puede verse debilitado por esta causa ambiental.

De hecho, esta pérdida de calidad de la microbiota está relacionada directamente con una mayor incidencia de la diabetes y otras enfermedades metabólicas. También puede desencadenarse la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), que engloba dos trastornos sin cura conocida, tales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Ambas se producen cuando el sistema inmunológico falla y el organismo empieza a atacarse a sí mismo causando úlceras e inflamación intestinal.

Investigaciones recientes

Además, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Colorado Boulder y publicado a principios de 2022 en la revista Gut Microbes, ha comprobado cómo afectan los malos humos al sistema digestivo de los bebés. Analizando diversos datos sobre concentración de contaminantes y composición de la microbiota han confirmado que inhalar contaminantes del aire durante los seis primeros meses de vida afecta a las bacterias intestinales de los recién nacidos, provocando cambios en su composición. De esta manera, los niños y niñas expuestos de manera temprana a la contaminación atmosférica tienen más probabilidades de padecer alergias, obesidad y diabetes. Y por si fuera poco, esto incluso podría llegar a influir en el desarrollo de su cerebro.

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