Pese a ser la segunda partícula más abundante del Universo, solo después de los fotones, los neutrinos son partículas extremadamente misteriosas. Su nombre les viene dado por carecer de carga eléctrica y poseer una masa muy pequeña, y se caracterizan por viajar distancias increíbles, tener la capacidad de atravesar fácilmente la materia y ser extremadamente difíciles de detectar.
Sin embargo, de entre todas las cualidades que hacen especiales a los neutrinos la más llamativa es quizá su capacidad de, por ejemplo, a diferencia de la luz, escapar de entornos extremadamente densos del Universo, como los agujeros negros, y llegar a la Tierra sin ser afectados por la materia y los campos electromagnéticos del espacio extragaláctico, algo que podría proporcionar a los científicos una información sobre lugares que hasta ahora desconocíamos e imposible de obtener mediante otros medios.

Como decíamos, los neutrinos son extremadamente difíciles de detectar. En la Tierra solo existen unas cuantas instalaciones enterradas a grandes profundidades o que requieren de grandes masas de agua y de hielo capaces de ello. La buena noticia, no obstante, es que ahora por primera vez, un equipo internacional de científicos ha detectado una fuente constante de estas partículas procedente de la galaxia Messier 77. Los detalles del hallazgo, realizado en el Observatorio de Neutrinos IceCube, situado a un kilómetro bajo el hielo Antártico, se recogen en un artículo que bajo el título Evidence for neutrino emission from the nearby active galaxy NGC 1068se publicaba recientemente en la revista Science.
"La galaxia NGC1068 es la primera fuente puntual de neutrinos ‘constante’ que se observa" explica el coordinador de análisis de IceCube y profesor de la Universidad Libre de Bruselas, Juan A. Aguilar, en declaraciones a la Agencia SINC. "El hallazgo pone de manifiesto que existen fuentes de neutrinos, cosa que ya sabíamos, y que se pueden detectar, algo que sospechábamos pero no sabíamos a ciencia cierta", añade. "En resumen, supone el inicio de una nueva manera de ver el Universo usando los neutrinos como mensajeros cósmicos".
Debido a que no se ven alterados por campos magnéticos o nubes de polvo y gas, los neutrinos son mensajeros directos de los objetos de los que proceden, como las inmediaciones de los agujeros negros o las galaxias activas como Messier 77, las cuales se caracterizan por ser muy luminosas y mostrar una gran actividad en su núcleo. Esto toma una gran relevancia sobre todo teniendo en cuenta que nuestra galaxia, la Vía Láctea, es prácticamente un desierto de neutrinos, algo que pone de manifiesto que el agujero negro situado en su centro ha permanecido inactivo durante mucho tiempo.
Pero, además de algunos secretos sobre nuestra propia galaxia y otras más distantes, los neutrinos podrían ayudar a conocer más en profundidad algunos aspectos de la naturaleza de los rayos cósmicos, precursores de estas partículas, o de la materia oscura, la gran desconocida del Universo pese a formar cerca del 80% de este. Los científicos presumen que Messier 77 ha sido, por su cercanía con nuestro planeta, la primera de numerosas fuentes de neutrinos que confían en detectar en el futuro gracias a la próxima generación de detectores de neutrinos que vienen en camino.