Quien más y quién menos ha fantaseado alguna vez con advertir en las nubes diversas formas familiares, un juego que implica lo que conocemos como pareidolia, un fenómeno psicológico en que habitualmente una imagen se percibe como una forma familiar debido a un sesgo en la percepción de quien observa. Sin embargo, cuando se trata de mirar nubes también podemos hacerlo fijándonos en las distintas clases de estas que existen. Claras u oscuras, livianas o almohadilladas, encontramos nubes de todo tipo. Algunas se hallan cargadas de agua mientras otras ocupan un lugar casi decorativo en el cielo, sin embargo, con el fin de facilitar su estudio los científicos han clasificado los distintos tipos de nubes según diferentes criterios. En este artículo los repasamos todos para que la próxima vez que creas ver una forma en el cielo, reconozcas además de que tipo de nube se trata.
Antes de empezar con la clasificación propiamente dicha, cabe decir que según su aspecto las nubes se pueden a la vez clasificar en dos tipos: las nubes estratiformes, las cuales se desarrollan horizontalmente, presentan un escaso espesor y cubren una gran parte del cielo; y las nubes cumuliformes, que se desarrollan de manera vertical, bien aisladas o en grandes extensiones y generando precipitaciones de manera habitual.
Las nubes también pueden clasificarse en base a la altura a la que se formen. Así, a más de 6.000 metros de altura encontraremos nubes altas, formadas principalmente por cristales de hielo; nubes medias, formadas por entre los 2 y los 8 kilómetros de altura dependiendo de la latitud, y las nubes bajas, formadas a menos de 2.000 metros.
Pero para clasificar las nubes según su género hemos de remontarnos al año 1803, en el que el meteorólogo aficionado Luc Howard escribió un ensayo titulado The Modifications of Clouds en el que diferenció los tipos distintos de nubes nombrándolas en latín. Hoy en día, no obstante, el Atlas Internacional de Nubes de la Organización Meteorológica Mundial reconoce actualmente diez géneros de nubes, las cuales responden a la parte del cielo donde se forman y a su apariencia aproximada. Estas serían:
Cirros
Son nubes separadas, en forma de filamentos blancos y delicados. Tienen un aspecto fibroso, parecido del cabello, un brillo sedoso, o ambos a la vez.
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Cirrocúmulos
Se trata de un manto o un banco delgado de nubes blancas que no muestran sombras propias y compuestas de elementos pequeños en forma de ondas o glóbulos. Aparecen como indicadores de corrientes en chorro o turbulencias.
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Cirroestratos
Aparecen en el cielo como un velo nuboso transparente y blanquecino que cubre total o parcialmente el cielo y a menudo da lugar a fenómenos de halo.
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Altocúmulos
Aparecen como un banco o capa de nubes delgadas, blancas, grises o de ambos colores. A veces muestran sombras, y presentan una forma algodonada. Son las responsables del conocido popularmente como cielo empedrado.
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Altoestratos
Banda delgada o capa nubosa grisácea que cubre por entero o parcialmente el cielo. Muestran zonas suficientemente delgadas como para permitir distinguir el Sol, al menos vagamente, como a través de un vidrio deslustrado. Se diferencian de los cirroestratos, con las que pueden confundirse, por no dar lugar a efectos de halo.
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Nimboestratos
Capa de nubes grises a menudo oscura y con un espesor suficiente en todas sus capas como para ocultar la luz del Sol. Por debajo de ellas existen con frecuencia nubes bajas, en jirones, que pueden o no estar unidas a estas. Se caracterizan por la precipitación más o menos continua de agua o nieve.
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Estratocúmulos
Banco o capa delgada de nubes de color gris, blanquecino o de ambos, y que casi siempre muestran zonas oscuras.
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Estratos
Capa de nubes generalmente gris, con una base relativamente uniforme, de la que pueden caer llovizna, nieve o cinarra. Cuando el Sol es visible a través de la capa, su contorno se distingue claramente. Los Stratus no producen fenómenos de halo, salvo quizás a temperaturas muy bajas. Se presentan a veces en forma de parches deshilachados y se forman a muy baja altura.
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Cúmulos
Nubes aisladas, en general densas y con contornos bien definidos, que se desarrollan verticalmente en forma de montículos, cúpulas o torres, y cuyas partes superiores protuberantes se parecen con frecuencia a una coliflor. Las partes de estas nubes iluminadas por el Sol son, en su mayoría, de un blanco brillante; su base es relativamente oscura y casi horizontal.
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Cumulonimbos
Nube muy densa y con un desarrollo vertical considerable en forma de montaña o de enormes torres. Su base se forma entre los 700 y los 1.500 metros de altura y pueden crecer hasta los 35 kilómetros en algunos casos. Parte, al menos, de su cima es normalmente lisa, fibrosa o estriada, y casi siempre aplastada; esta parte se extiende a menudo en forma de un yunque o de un vasto penacho.
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