El Covid no solo ha cambiado la vida de los humanos. Durante los primeros meses del confinamiento del año 2020, algunos animales volvieron a ocupar algunos de los espacios urbanos que un día les pertenecieron. En aquella época circulaban en las redes sociales todo tipo de imágenes insólitas, como jabalíes vagando por las calles del centro de Barcelona o zorros salvajes deambulando por el centro de Londres. Pero la reducción del ruido también provocó que en muchas ciudades de todo el mundo se volviera a escuchar claramente el trino de los pájaros. Y es que la contaminación acústica aumenta los niveles de estrés en la avifauna, lo que explica que muchas especies sean incapaces de vivir en entornos urbanos.
¿Qué había ocurrido? ¿Es posible que las aves hubieran recuperado el terreno? El año pasado un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B, concluyó que no era cierto que hubiese más aves durante el confinamiento, sino que los vimos y oímos más porque, desprovistas de ruido, las aves pasaron a ser mucho más activas durante los primeros momentos del día.
Robert Ramos/AMB
Actividad lúdica y educativa llevada a cabo durante el Día Mundial del Medio Ambiente en la localidad de Santa Coloma de Gramenet, en Barcelona. Muchas de las aves documentadas se encuentran en peligro.
Las aves de Barcelona
Sin embargo, sea o no consecuencia de los meses de confinamiento, lo cierto es que en 2020 se observaron un total de 256 especies de aves en los parques y las playas metropolitanas de Barcelona, según datos extraídos de los 33 informes ornitológicos elaborados por la Autoridad Metropolitana de Barcelona en colaboración con el Institut Català de Ornitologia (ICO).
Los registros obtenidos refuerzan la importancia de los parques metropolitanos para la avifauna urbana, pues demuestran que las aves, muchas de ellas protegidas, encuentran en estos espacios refugio y alimento al tiempo que prestan servicios indispensables para los ecosistemas, como pueden ser el control de las poblaciones de insectos los cuales, de otra manera, podrían dar lugar a plagas.
Foto: Robert Ramos/AMB
Un ornitólogo instala una caja-nido en el Parc del Tranvia de la localidad de Montgat, en el área metropolitana de Barcelona, para recabar datos sobre las especies que pueblan la zona.
Especies muy importantes
Algunas de las especies destacadas son la pardela balear (Puffinus mauretanicus), la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), el águila pescadora (Pandion haliaetus), o el fumarel común (Chlidonias niger), las tres primeras, en peligro crítico de extinción.
Una de las principales ventajas de este estudio es que los datos de las especies observadas, facilitadas a través de los proyectos de ciencia ciudadana Ornitho.cat y ocellsdelsjardins.cat, se incorporarán como un indicador de biodiversidad en los parques y playas metropolitanas, un hecho que permitirá evaluar a lo largo del tiempo el resultado de las acciones destinadas a potenciar la biodiversidad en los espacios verdes de la ciudad.
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El aumento de los avistamientos se debe en parte a la recuperación paulatina de espacios verdes en distintos puntos de Barcelona y alrededores. Por ejemplo, los trabajos de repoblación vegetal de cuencas fluviales, como la realizada en el río Sec a su paso por la localidad de Ripollet del Vallés, donde se han plantado arbustos y árboles autóctonos y se han cubierto los taludes del río con plantas trepadoras con el fin de aumentar la biodiversidad.