"Pérdida de naturaleza y pandemias: un planeta sano por la salud de la humanidad". Es el título del informe que WWF España ha presentado para hablar claro sobre la relación directa de la pandemia de COVID-19 y el maltrato al que sometemos nuestro mundo y las especies que habitan en él. Una relación que, según esta prestigiosa entidad internacional conservacionista, debe revertirse ya y con más urgencia que nunca. Para saber más sobre qué factores intervienen en la propagación de una pandemia y cómo lo hacen, entrevistamos a Luis Suárez, biólogo y coordinador de conservación de WWF España.

NG: ¿Te ha sorprendido la pandemia de COVID-19?

Luis Suárez: En parte no, porque llevamos varias enfermedades de este tipo seguidas, el MERS y la SARS, y nuestra exposición a ellas está clarísima. Pero sí me ha sorprendido que haya ido tan rápido y que no hayamos sido capaces de prevenirla y controlarla. Hemos infraestimado las consecuencias de la globalización y puesto unas esperanzas exageradas en nuestros sistemas de contención y sanitarios, que se han visto desbordados.

NG: ¿Cómo se explica la COVID-19 desde el punto de vista de un conservacionista?

Luis Suárez: En la naturaleza hay muchos agentes patógenos, sean virus o bacterias, que aún por descubrir. Con nuestra intervención en la naturaleza, la destrucción y alteración de sus equilibrios, estos patógenos saltan al ser humano cada vez con más facilidad e intensidad. Maltratamos la salud del planeta y como vivimos en él y somos parte de él, sufrimos de igual modo este maltrato. Nuestra mejor vacuna es proteger la salud del planeta, es la mejor defensa.

NG: ¿Qué papel juega la deforestación en la propagación de una pandemia?

Luis Suárez: Es un elemento clave. Los humanos hemos destruido ya un 40% de los bosques del mundo. Se calcula que cada segundo se tala un espacio natural del tamaño de un campo de fútbol. Entre 1990 y 2015 la tala y la cosecha de madera hicieron que se redujera en un 6% la cubierta forestal nativa mientras que los bosques plantados crecieron en un 51%. Los bosques y mosaicos naturales intactos se están reduciendo, y esto altera equilibrios: desaparecen especies y se reducen los espacios y hay más posibilidades de contacto directo entre los humanos y los hospedadores. Ha ocurrido con los primates y el ébola, con los murciélagos y la SARS.

"Nuestra mejor vacuna [frente a patógenos como el coronavirus] es proteger la salud del planeta; es la mejor defensa".

NG: ​¿Dónde se sitúan problemas como el tráfico de especies y el mercado de animales?

Luis Suárez: Son otro factor en la propagación de la pandemia. Cuando capturamos especies en proporciones altísimas ya de entrada se altera el sistema. Si además son transportadas de un continente a otro y vendidas en mercados donde se mezclan con otras especies, en condiciones sanitarias inexistentes, y con presencia humana, esto es un cóctel de alto riesgo. Aunque no sabemos el punto original de la COVID-19, tiene mucha lógica que haya sido a través de uno de estos animales capturado y comerciado.

NG: ¿Ha aumentado la demanda de especies?

Luis Suárez: Sí, sobre todo en Oriente, donde los animales y plantas se utilizan para remedios tradicionales. El tirón que tienen estos remedios es muy fuerte en China, Vietnam, Tailandia. Afecta al pangolín, del que se utilizan las escamas, al tigre, del que se buscan huesos y bilis, al rinoceronte, cuyo cuerno se cree que tiene poderes, incluso en Vietnam se dijo que podía curar el cáncer.... un bulo, porque es keratina. En otros casos, como el cuerno de elefante, el uso está ligado con la ostentación, el lujo, el símbolo de haber adquirido cierto estatus económico.

El aumento de la población y la prosperidad económica ha hecho que aumente el tráfico ilegal. Hace un tiempo este mercado negro no estaba bajo el radar autoridades o no se le daba importancia como se le puede dar al tráfico de armas o al de drogas, pero las redes por donde se mueve son las mismas y las consecuencias son igual o más peligrosas.

NG: Lo estamos viendo.

Luis Suárez: En efecto. El pangolín es un buen ejemplo, es el mamífero más traficado del mundo, se trafica con más 100.000 ejemplares anualmente; sus escamas son para hacer medicinas y su carne, para consumo. De las ocho especies de pangolín, cuatro están en Africa y cuatro en Asia. De las asiáticas hay tanta demanda que está al borde de la extinción, por eso se capturan en Africa. Es un claro ejemplo de cómo se van arrasando poblaciones, y un ejemplar se mezcla con otras especies en un barco, en malas condiciones, aterriza en un país asiático, es también transportado en malas condiciones... y llegamos donde estamos.

"El aumento de la población y la prosperidad económica en Oriente ha hecho que aumente el tráfico ilegal de especies".

NG: No se habla lo suficiente de la relación entre la salud del planeta, la salud de las especies, y la salud humana. ¿Por qué?

Luis Suárez: Porque tendemos a ver las cosas a corto plazo y no prestamos atención hasta que no nos afecta. El cambio climático nos lo hemos tomado en serio cuando hemos visto los temporales en nuestra costa, y la sequía y los incendios devastadores. Un día pensamos que el tráfico de especies no tenía nada que ver con Barcelona, la Coruña o Madrid y ahora vemos que no, que da igual, al final el planeta es solo uno. Está todo conectado.

NG: Ahora, vista este pandemia, se temen más los cambios en el manto de hielo por culpa del calentamiento global. ¿Qué puede pasar realmente? ¿Pueden 'descongelarse' patógenos?

Luis Suárez: Hay investigaciones realizadas en glaciares en China en que se han detectado 33 especies de virus y 28 son nuevas para la ciencia. Otro ejemplo es el brote de anthrax en Siberia, por la descongelación del suelo permanente helado de esas zonas, el permafrost. En las zonas donde hay hielo permanecen aisladas y almacenadas partículas que son un riesgo potencial. En el momento en que ese hielo se deshaga, se pondrán en contacto con nosotros, no sabemos cómo.

"En las zonas donde hay hielo permanecen aisladas y almacenadas partículas que son un riesgo potencial. En el momento en que ese hielo se deshaga, se pondrán en contacto con nosotros".

NG ¿Habrá nuevas epidemias y pandemias?

Luis Suárez: Sí, seguro. Me remito a la OMS. En los últimos 40 años, más del 70% de las enfermedades que afectan al ser humano son zoonosis, enfermedades que han saltado de los animales salvajes al ser humano. En los últimos 10 años, son ya un 75%. Y la propia OMS habla de una enfermedad X que no determina cual es, pero que sería una pandemia global con efectos devastadores, con una capacidad de transmisión como la que está teniendo la COVID-19 pero con una mortalidad mucho más alta, como podría ser un ébola. Podría ocurrir.

NG: ¿Y extinguirnos?

Luis Suárez: No sabemos si tendría capacidad de extinguirnos, pero sí tendría más impacto que la actual. Y eso, pese a los medios que tenemos hoy en día de prevención, control y lucha. Si te digo la verdad es de las cosas que más me sorprendió cuando redactamos el informe en WWF hace pocos días. Que la OMS lo tenga ahí presente y lo vea como algo posible es preocupante.

NG: Después de lo que cuentas y de lo que se está viviendo, ¿eres optimista? ¿Pueden darse realmente cambios sociales radicales y más conciencia?

Luis Suárez: Tengo que ser optimista porque trabajo en conservación. A nivel global debemos preservar la biodiversidad. Si no cuidamos los ecosistemas no vamos a poder sobrevivir. Somos una especie más y esta pandemia nos ha enseñado que somos muy poquita cosa, pese a que nos creemos los dueños. Hay que cuidar la salud del planeta: sino, no vamos a tener futuro como especie.

Y a nivel personal cambiar hábitos: la movilidad, cómo nos desplazamos, y el consumo. La agricultura ha alterado un tercio de la superficie del planeta. Y un 75% del agua que consumimos va a agricultura y ganadería. Nuestra mejor vacuna es proteger la salud del planeta, nuestra la mejor defensa es mantener los equilibrios naturales.

Con motivo del 50 aniversario del Día de la Tierra entrevistamos a través de Instagram a Luis Suárez. Puedes ver la entrevista completa aquí.