Parece ser que dos de las especies de coral más extendidas del mundo son capaces de sobrevivir al cambio climático incluso holgadamente, al menos mientras el calentamiento no supere los 2 °C.
«Hay esperanza», afirma la experta en corales Rowan McLachlan, algo que últimamente escasea en lo que se refiere a arrecifes de coral. Por culpa de las emisiones de gases de efecto invernadero, los corales se enfrentan a olas de calor marinas más intensas y a un océano cada vez más ácido. Algunos ecosistemas de arrecife podrían sufrir daños irreversibles si el mundo se calienta más de 1,5 °C.
Para entender mejor los estragos que estos fenómenos podrían causar en los arrecifes en el futuro, McLachlan, la bioquímica Andréa Grottoli y sus colegas tomaron muestras de tres especies comunes de coral de los alrededores de Oahu, en Hawai: coral de arroz, coral dedo y coral lobulado. Reprodujeron las condiciones marinas depositándolos en 40 tanques llenos de arena, piedras, peces de arrecife, plancton y otros elementos propios de los arrecifes. A lo largo de 22 meses los investigadores sometieron a algunos corales a un calentamiento de 2 °C; a otros, a unas aguas acidificadas, y a un tercer grupo, a ambos cambios a la vez. De los corales expuestos a ambas alteraciones sobrevivió el 46 % del coral de arroz, el 56 % del coral lobulado y el 71 % del coral dedo. Estos dos últimos incluso prosperaron. Su capacidad de supervivencia podría sugerir que los arrecifes pueden ser capaces de recuperarse una vez han alcanzado el punto crítico.
Mientras la humanidad se las ve y se las desea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, estos corales resilientes podrían convertirse en una tabla de salvación. «Tenemos la oportunidad de mantener con vida los sistemas arrecifales durante el tiempo suficiente para que puedan recuperarse cuando se ralentice el calentamiento global –dice Grottoli–. Al menos tenemos cierto margen para trabajar».
Este artículo pertenece al número de Enero de 2023 de la revista National Geographic.