"Los datos sobre el campos magnéticos y de gravedad enviados por Juno y Cassini no tienen precio, pero también son confusos". Son las palabras de David Stevenson del Caltech, quien durante esta primera semana del mes de marzo dará a conocer los últimos datos de ambas misiones ante American Physical Society. "Aunque los datos presentan un rompecabezas aún por explicar, ya estamos aclarando algunas de nuestras ideas sobre cómo se forman los planetas, cómo se comportan los campos magnéticos y cómo soplan los vientos", añade Stevenson.
Una atmósfera uniforme
Mientras que la sonda Cassini anduvo orbitando Saturno durante 13 años antes de su dramática inmersión final en el interior del planeta en 2017, Juno ha estado dando vueltas alrededor de Júpiter durante dos años y medio. El éxito de Juno como misión a Júpiter es un tributo al diseño innovador. Sus instrumentos están alimentados únicamente por energía solar y protegidos para soportar la feroz radiación del espacio. En este sentido, Stevenson dice que la inclusión de un sensor de microondas en Juno fue sin duda una buena decisión.
"La inclusión de un sensor de microondas en Juno fue sin duda una buena decisión"
"El uso de microondas para descubrir la atmósfera profunda resultó ser la opción correcta, pero no era una decisión convencional", cuenta el investigador. Los datos de microondas sorprendieron a los científicos, en particular, al demostrar que la atmósfera está mezclada de manera uniforme, algo que las teorías convencionales no predijeron. "Cualquier explicación para esto tiene que ser poco ortodoxa", declara Stevenson. Los investigadores están explorando los eventos climáticos por los cuales se concentran cantidades significativas de hielo, líquidos y gas en diferentes partes de la atmósfera como posibles explicaciones, pero el asunto está lejos de ser cerrado.
Un campo magnético anómalo
Otros instrumentos a bordo de Juno son los sensores magnéticos y de gravedad, los cuales han proporcionado unos datos igual de desconcertantes. Así, el campo magnético de Júpiter presenta manchas, es decir, regiones de campo magnético donde este es anormalmente alto o bajo. También se ha observado una diferencia bastante acusada entre los campos magnéticos de los hemisferios norte y sur. "Es diferente a todo lo que habíamos visto antes", dijo Stevenson.
Los datos de gravedad han confirmado que en la parte central de Júpiter, compuesta en masa de aproximadamente un 90% de hidrógeno y helio, existen elementos más pesados que representan más de 10 veces la masa de la Tierra. Sin embargo, no están concentrados en un núcleo, sino que se mezclan con el hidrógeno en capas más externas del planeta y la mayoría en forma de un líquido metálico.
Los datos también han proporcionado información detallada sobre las partes más externas de Júpiter y Saturno. La abundancia de elementos más pesados en estas regiones aún es incierta, pero las capas externas desempeñan un papel mayor al esperado en la generación de los campos magnéticos de sendos planetas. Por tanto, se hacen necesarios en el futuro, nuevos experimentos que imiten las presiones y temperaturas de los planetas gaseosos para ayudar a los científicos a comprender los procesos que están ocurriendo.
Los nuevos datos han sacudido las bases establecidas de lo que sabíamos sobre estos dos colosos del sistema solar, pero para Stevenson, que ha estudiado a los gigantes gaseosos durante 40 años, los rompecabezas son el sello de una buena misión. "Una misión exitosa es una que nos sorprende. La ciencia sería aburrida si simplemente confirmara lo que pensábamos anteriormente", concluye.