No todos los fósiles son igual de habituales ni tienen la misma importancia arqueológica. Un equipo de investigadores acaba de publicar un estudio sobre un rarísimo fósil encontrado en una cueva de Laos: un diente molar de entre 164.000 y 131.000 años de antigüedad, atribuible a una niña de entre 3 y 8 años de edad. Lo peculiar del diente es que pertenece a una especie o subespecie de homínidos conocidos como denisovanos, de los que se sabe extremadamente poco ya que se han identificado menos de 10 fragmentos fósiles en todo el mundo.
Los investigadores encontraron el molar en la llamada cueva Cobra o Tam Ngu Hao 2, en la cordillera de Annam, junto a restos fosilizados de varios animales. Es el mismo lugar en el que este equipo había encontrado anteriormente restos de humanos modernos de unos 70.000 años de antigüedad, lo que indica que la cueva fue habitada a lo largo de decenas de miles de años.
El análisis del diente, además de establecer la antigüedad del fósil, reveló que se trataba de un individuo de sexo femenino; los investigadores dedujeron la edad – entre 3 y 9 años, el rango de tiempo en el que aparecen los primeros molares – debido a que se encontraba acabado de desarrollar pero aún no se había desgastado por el uso. Comparando la morfología de la pieza con las de otros homínidos, los investigadores apuntan en su estudio estar seguros de que se trataba de una niña denisovana, aunque el análisis de ADN no es posible debido a su antigüedad.
Foto: Autores del estudio
Un homínido misterioso
Los denisovanos, llamados también homínidos de Denísova, son un grupo del género Homo identificado por primera vez en 2008 en las cuevas homónimas del macizo de Altai, en Siberia. Este es el octavo fósil que se encuentra y se trata en todos los casos de piezas muy fragmentadas, por lo que por ahora ni siquiera se ha definido si se trata de una especie o una subespecie, ni su lugar en el árbol genealógico de los homínidos.
El descubrimiento de este molar resulta importante para saber más sobre su distribución geográfica, ya que hasta ahora todos los fósiles de denisovanos se habían encontrado en Rusia o China.
Su presencia en el sudeste asiático demuestra, para los investigadores, que eran capaces de adaptarse a un amplio espectro de condiciones climáticas. También es relevante porque en ese momento vivían en la misma región otras cuatro especies de homínidos – Homo erectus, Homo floresiensis, Homo luzonensis y Homo sapiens – y probablemente los denisovanos se mezclaron con los humanos modernos, ya que los análisis de ADN de las poblaciones actuales del sudeste asiático, Melanesia y nativos australianos presentan parte de material genético propio de estos misteriosos individuos.
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