Una de las incógnitas más preocupantes a las que los médicos de todo el mundo han tenido que hacer frente durante la pandemia del coronavirus, ha residido en por qué algunos pacientes de COVID-19 desarrollaban una enfermedad crítica con grandes complicaciones, mientras que otros, por el contrario, han pasado por esta, afortunadamente, sin pena ni gloria. Y es que, debido a múltiples factores como la edad y las comorbilidades, las cuales pueden llevar a la confusión a la hora de saber cómo se puede desarrollar la enfermedad en cada uno de los pacientes, los verdaderos mediadores de esta afección siguen siendo bastante esquivos.

De este modo, es sabido que factores como la diabetes, la edad avanzada, la obesidad o el padecimiento de otras enfermedades respiratorias, podían agravar la enfermedad. Sin embargo, también se han dados numerosos casos en los que la forma más grave y crítica del COVID-19 se ha expresado en individuos jóvenes y complemente sanos.

Por ello, científicos de todo el mundo llevan desde el comienzo de la pandemia buscando las causas para esta situación. No obstante, es ahora, casi un año y medio después de comienzo de la pesadilla, que un equipo internacional de investigadores parece encontrarse un poco más cerca de la respuesta.

Para tratar de averiguar el mecanismo subyacente, los investigadores han identificado los patrones genéticos que pueden ayudar a explicar por qué algunas personas jóvenes y sanas aún desarrollan casos graves o potencialmente mortales de COVID-19. Los resultados de su trabajo se recogen en un artículo titulado Identification of driver genes for critical forms of COVID-19 in a deeply phenotyped young patient cohort, que se publica esta semana en la revista Science Translational Medicine.

Así, para entender por qué los casos críticos pueden aparecer incluso en adultos más jóvenes sin comorbilidades, Raphael Carapitoy sus colegas utilizaron técnicas de aprendizaje automático y multiómicas para estudiar a 72 pacientes franceses menores de 50 años que fueron hospitalizados con COVID-19 y no presentaban comorbilidades conocidas.

La mayor expresión de un gen llamado ADAM9 esta fuertemente ligada con el desarrollo de las variables más graves de la enfermedad

Los investigadores secuenciaron el genoma y analizaron muestras de plasma y sangre de 47 pacientes con COVID-19 crítico que requirieron ventilación, de 25 pacientes con COVID-19 no crítico y de 22 individuos sanos, encontrando que los pacientes con la enfermedad crítica mostraron una inflamación más aguda, más coagulación y un aumento importante en la actividad de cinco genes, entre los cuales la mayor expresión de un gen llamado ADAM9 estaba fuertemente ligada con el desarrollo de las variables más graves de la enfermedad.

El equipo de Carapito también encontró que silenciar ADAM9 en las células epiteliales de pulmón humano infectadas con SARS-CoV-2 ralentizaba la replicación del virus, lo que sugiere que el gen debería estudiarse más a fondo como una posible diana terapéutica.

  • ¿Te gusta la historia? ¿Eres un amante de la fotografía? ¿Quieres estar al día de los últimos avances científicos? ¿Te encanta viajar? ¡Apúntate gratis a nuestras newsletter National Geographic!