El glaucoma es la causa principal de ceguera en personas mayores de 60 años, y según datos de la Organización Mundial de la Salud, la segunda causa de ceguera en el mundo. Se trata de un grupo de enfermedades que provocan una degeneración del nervio óptico, es decir el nervio ubicado en la parte posterior del ojo y el cual se encuentra conectado al cerebro.

El nervio óptico está compuesto por más de un millón de fibras nerviosas pequeñas. En la Academia Americana de Oftalmología, lo comparan con algo similar a un cable eléctrico el cual está compuesto en su interior por diversos alambres pequeños. Su función es la de enviar las señales de luz captadas por nuestros ojos al cerebro, en forma de impulsos nerviosos, que, en definitiva, es la razón por la que podemos ver. Es por ello que la enfermedad en sus últimas etapas de desarrollo puede llegar a provocar una ceguera total en quien la padece.

Detectar el glaucoma no es sencillo, pues no presenta síntomas en sus etapas tempranas. La mitad de las personas que sufren de glaucoma no saben que lo padecen

El glaucoma no presenta síntomas en sus etapas tempranas. De hecho, la mitad de las personas que sufren de esta patología no saben que están aafectados por ella. Existen, además, diferentes tipos de glaucoma, no obstante en todos los casos la enfermedad se desarrolla de la misma manera: cuando se produce una acumulación de fluido en la parte delantera del ojo, aumentando la presión en el mismo y dañando el nervio óptico.

Este fluido es el llamado humor acuoso, el cual un ojo sano produce de manera constante y normal. Esta cantidad de fluido es uniforme debido a existe otro área en el órgano llamada ángulo de drenaje, que es la encargada de eliminar el humor acuoso en exceso y mantener constante la presión intraocular. El problema se produce cuando este ángulo de drenaje no está funcionando adecuadamente, y el fluido se acumula provocando la muerte progresiva de las fibras nerviosas del nervio óptico. Cuando estas fibras nerviosas mueren, se desarrollan puntos ciegos en la visión.

Puede que un paciente no note estos puntos ciegos hasta que hayan muerto la mayoría de las fibras del nervio óptico, pero si todas las fibras mueren, irremediablemente se quedará ciego.

Actuando en silencio

Solo en en España el glaucoma afecta a más de un millón de personas, sin embargo se trata de una enfermedad silenciosa cuyos primeros síntomas y signos de advertencia generalmente pasan desapercibidos durante las etapas iniciales de la enfermedad. Así, en los primero estadios, el cerebro compensa el déficit de visión por lo que es casi imposible que el paciente note la pérdida de capacidad visual. A medida que la enfermedad progresa, un paciente puede desarrollar diversos síntomas, como puntos ciegos en la visión periférica, también conocida como visión lateral, es decir, los pacientes comienzan a ver como si mirasen a través de un túnel . En ocasiones, también pueden perder visión central debido al daño progresivo que se produce en el nervio óptico.

Aproximadamente la mitad los españoles que tienen la enfermedad, cerca de 516.000 personas, no saben que la padecen

En otra modalidad más aguda de la enfermedad, conocida como glaucoma de ángulo estrecho, los síntomas pueden incluir visión borrosa, visión de halos de luz y dolores de cabeza leves o en los ojos. No obstante, la mayoría de pacientes con glaucoma no suelen notar ningún cambio en su visión hasta que el daño generado en el ojo es bastante grave. Es por ello que a partir de los 40 años, edad media a la que la enfermedad comienza a desarrollarse, la realización de exámenes regulares de la visión puede ayudar a un oftalmólogo a desenmascarla antes de que se pierda la visión totalmente o en parte.

¿Cómo afecta el glaucoma a las mujeres?

Pese a que la pérdida progresiva de visión se presenta como el síntoma principal de la enfermedad y la prevalencia en España esta repartida muy equilibradamente entre hombres y mujeres -aproximadamente 526.000 mujeres padecen esta patología ocular- en este segundo caso, la enfermedad y síntomas pueden verse influenciados por los distintos cambios hormonales que se producen a lo largo de la vida de la mujeres: pubertad, menstruación, embarazo, lactancia, menopausia, etc.

“Las mujeres con Glaucoma tienen que hacer frente a muchísimas dudas sobre cómo actuar en casos como el embarazo, el parto, la anticoncepción, la menopausia, etc. Normalmente se suelen afrontar estos procesos siguiendo el sentido común, tanto por parte del paciente como de los médicos, pero es una problemática aún desconocida y de la cual aún no sabemos su verdadero alcance”, señala Delfina Balonga, presidenta de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF).

En la actualidad no se conoce cura para el glaucoma pero una detección temprana es clave para retrasar el daño que provoca. Por este motivo, desde AGAF señalan del mismo modo la importancia, sobre todo desde los 45 años de edad, de realizarse una exploración oftalmológica una vez al año, para detectar este problema ocular tan frecuente. En ningún caso el paciente recupera la visión perdida, pero un diagnóstico precoz podría evitar muchos daños adicionales y frenar el desarrollo de la enfermedad para de esta forma, no perder la visión totalmente.

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