Huracanes arrasadores, sequías devastadoras, nevadas catastróficas, olas de calor abrasador… todos ellos fenómenos meteorológicos extremos que se cobran vidas y causan daños incalculables. El cambio climático influye causando sequías más persistentes y temperaturas más altas en unas regiones, mientras que en otras provoca lluvias torrenciales, dicen los expertos en climatología.
Entre las comunidades más vulnerables están las situadas en zonas expuestas de montaña o de costa. En este tipo de entornos, en todo el planeta, la población se está adaptando a las nuevas realidades climáticas reforzando los sistemas de alerta, refugio y protección.