El ojo humano debería ser capaz de percibir sin ayuda aproximadamente 3.000 estrellas en una noche clara y oscura. Desafortunadamente, la creciente contaminación lumínica ya priva a cerca del 30% de las personas de todo el mundo, y aproximadamente al 80% de las personas en los Estados Unidos, de la posibilidad de observar en la noche y a simple vista su galaxia natal, la Vía Láctea. Ahora, además, un nuevo artículo publicado en la revista Science sugiere que el problema está empeorando rápidamente.
La investigación, llevada a cabo con la ayuda de la ciudadanía, informa sobre el problema del llamado resplandor del cielo, una forma de contaminación lumínica consistente en la iluminación difusa del firmamento nocturno. "A este ritmo, un niño nacido en un lugar donde se ven 250 estrellas podrá ver menos de 100 cuando cumpla 18 años", declara Christopher Kyba, del Centro Alemán de Investigación de Geociencias.
Contaminación lumínica, un problema a la vista de todos
La contaminación lumínica no es solo una cuestión estética y con efectos perjudiciales en el ámbito de la observación astronómica, si no que sus efectos van mucho más allá, afectando a la salud humana y la vida silvestre, ya que altera los ritmos circadianos de la noche y el día; ciclos con los cuales han evolucionado los sistemas biológicos.
El ojo humano debería ser capaz de percibir sin ayuda aproximadamente 3.000 estrellas en una noche clara y oscura.
Pero a pesar de que se trata de un problema bien conocido, los cambios en el brillo del cielo a lo largo del tiempo no están bien documentados, particularmente a escala global. En este sentido, el programa Globe At Nigth de NoirLab y NSF ha estado recopilando datos sobre la visibilidad de las estrellas en el cielo nocturno desde el año 2006 gracias a la participación de miles de ciudadanos. Fue así que los científicos analizaron más de 50.000 observaciones realizadas entre los años 2011 y 2022, discriminando factores que pudieran afectar al estudio como la nubosidad o el brillo de la Luna.
Entre sus conclusiones, los científicos encontraron que el cielo nocturno había incrementado su brillo en la última década en un 9,6% al año, un aumento global muy superior al del 2% anual medido por los satélites. “Esto demuestra que los actuales satélites no son suficientes para estudiar cómo está cambiando la noche en la Tierra”, señala Kyba.
La contaminación lumínica altera los ritmos de la noche y el día con los que han evolucionado los sistemas biológicos
Y es que, según se desprende de la investigación, los satélites actuales no son adecuados para medir el brillo del cielo tal como lo ven los humanos, pues no existe alguno que pueda detectar longitudes de onda menores a 500 nanómetros, las cuales corresponden al color cian o azul verdoso. Estas longitudes de onda corta contribuyen de manera desproporcionada al brillo del cielo, porque se dispersan de manera más efectiva en la atmósfera. "Dado que el ojo humano es más sensible a estas longitudes de onda corta durante la noche, las luces LED tienen un fuerte efecto en nuestra percepción del brillo del cielo”, continúa el investigador. “Esto es lo que podría estar detrás de la discrepancia entre mediciones satelitales y las condiciones del cielo reportadas por los participantes de Globe at Night”, añade.

También, más allá de las diferencias de longitud de onda, los satélites son incapaces de medir adecuadamente la luz emitida horizontalmente, como por ejemplo de los letreros luminosos o ventanas iluminadas de las ciudades. Sin embargo, estas fuentes inciden significativamente en el brillo del cielo observado desde desde el suelo.
“El aumento en el brillo del cielo en la década pasada subraya la importancia de desarrollar nuevas estrategias para proteger la oscuridad del cielo nocturno, expresa por su parte la científica de NOIRLab y líder de Globe at Night, Connie Walker. “El conjunto de datos de Globe at Night, en el que cualquiera puede participar a través del portal web del proyecto, es indispensable en nuestra evaluación de los cambios en el brillo del cielo, por lo que invitamos a los ciudadanos a colaborar en la protección del cielo nocturno estrellado”.