El cáncer es una de las enfermedades más investigadas y complicadas de tratar. Entre los humanos, es la segunda causa de muerte del mundo. En otras especies también provoca un sinfín de muertes e incluso puede llegar a ser contagioso.

Normalmente, el cáncer es descrito como la propagación descontrolada de células cancerosas que aparecen en una parte concreta del cuerpo de un individuo y pueden terminar propagándose por el resto. Sin embargo, en seis especies del reino animal, esta enfermedad ha adquirido la capacidad de saltar de un individuo a otro y, así, propagarse de manera contagiosa entre miembros de la misma especie.

El ejemplo más conocido es el cáncer contagioso que existe entre los perros, aunque también ha habido casos preocupantes en la población de demonios de Tasmania y en algunos moluscos. En todos estos casos, una célula cancerosa del individuo infectado entra en el cuerpo del nuevo individuo y, mediante la división descontrolada de la propia célula, acaba contagiando al individuo sano. De esta manera, las células "hija" de la primera célula infectada no solo pueden hacer enfermar al segundo individuo sino también a otros a los que pueden contagiar después.

El cáncer más antiguo, en perros

El cáncer contagioso entre perros, también conocido como “tumor de Sticker” o Tumor Venéreo Transmisible (TVT), es el cáncer más antiguo que se conoce. Las investigaciones apuntan a que este cáncer se originó en algún lugar de Asia hace entre 4.000 y 8.000 años. Pese a ser un cáncer benigno, es terriblemente contagioso. La mayoría de las veces se propaga por transmisión sexual, pero basta con el roce de los órganos sexuales del perro infectado con cualquier parte de otro perro para que este se traspase. Por eso, algunos perros contagiados presentan el tumor en el hocico (al haberse acercado a oler los órganos reproductores del perro infectado).

Esta enfermedad suele afectar a perros callejeros, que se cruzan entre sí sin ningún tipo de control y, por lo tanto, extienden la enfermedad a modo de epidemia dando continuidad a este cáncer prácticamente inmortal. 

En algunos bivalvos, el cáncer puede contagiarse de una especie a otra.

Algo parecido sucedió hace años con la población de demonios de Tasmania. En 2008, la especie fue declarada en peligro de extinción ya que, a causa de un cáncer contagioso, en cuestión de veinte años, el número de demonios de Tasmania disminuyó de manera drástica y preocupante. Sin embargo, poco a poco, la especie de ha ido adaptando y actualmente están aprendiendo a convivir con esta enfermedad. 

Otro ejemplo menos conocido es el cáncer contagioso que se da entre bivalvos. Estos pueden infectarse tanto entre individuos de la misma especie, como entre individuos de especies diferentes. Los científicos han podido advertir esta anomalía al secuenciar el ADN de almejas con células cancerígenas y advertir que el ADN de la propia almeja es distinto del ADN presente en las células enfermas. El por qué de este fenómeno se desconoce, por eso la ciencia sigue investigando.

Cáncer de pulmón visto a través de un microscopio.
Foto: Istock

Contagios puntuales entre humanos

Entre humanos, el contagio de un cáncer es prácticamente imposible. Solo se ha observado en situaciones tan concretas y excepcionales como algún embarazo (en el que las células cancerosas de la madre pasaron al hijo) o en transplantes en los que los órganos del donante acabaron desarrollando un cáncer en el cuerpo de los pacientes que recibían la donación.

Aún así, la ciencia considera que es importante seguir investigando los cánceres contagiosos en otras especies para entender cómo funcionan, por qué suceden y cómo curarlos. De esta manera, si alguna vez la situación se da entre humanos, tendremos más herramientas para solucionarlo.