El cáncer de colon es el tercero más común en el mundo. Además, el 90% de las muertes por cáncer se deben a la metástasis, el proceso de expansión de la enfermedad a otros órganos. Hasta ahora esta enfermedad se combatía con inicialmente con cirugía, y después se practicaba un refuerzo de quimioterapia para evitar las metástasis.
Por esa razón, resulta tan esperanzador el hallazgo de los investigadores del Instituto para la Investigación en Biomedicina (IRB) de Barcelona, liderados por el jefe de grupo en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (Ciberonc), Eduard Batlle. Además, si el nuevo enfoque terapéutico tiene resultados positivos en otros tumores sólidos, podríamos estar ante un cambio en el tratamiento de las enfermedades oncológicas y de la patología tumoral en su conjunto.
Se trata de células malignas que pasaban desapercibidas para las herramientas tradicionales de diagnóstico.
Básicamente, lo que se ha hecho es diseñar un modelo experimental de ratón que ha permitido localizar y monitorizar células malignas del cáncer de colon que pasaban desapercibidas para las herramientas tradicionales de diagnóstico, unas células que los investigadores han denominado con las siglas de HRC (Células de Alta Probabilidad de Recaída, del inglés High Relapse Cells).
Tratamiento contra el cáncer
De esta manera, se ha identificado 99 genes que están activados en pacientes que tienen hasta cinco veces mayor riesgo de recaer tras el tratamiento habitual de intervención quirúrgica y quimioterapia y que están descontrolados en las HRCs, que residen en la periferia del tumor y que posteriormente se desprenden y forman pequeños grupos que migran hasta alcanzar el torrente sanguíneo, y de allí el hígado, donde permanecen ocultas durante un tiempo.
Pero lo más importante es que el trabajo también ha confirmado que eliminar estas células mediante técnicas genéticas basta para prevenir la enfermedad en estos modelos experimentales de ratón.
Aplicaciones futuras
A pesar de que los resultados son esperanzadores, los investigadores también reconocen que aún están trabajando con un modelo no humano y todavía queda trabajo para entender qué condiciona el número de HRCs y qué provocan que se activen para producir la metástasis. Con todo, más allá del progreso futuro de la investigación, estos resultados ya permiten realizar una revisión de las pautas clínicas actuales en el tratamiento de este tipo de cáncer.