Por primera vez, se ha identificado el mecanismo a través del cual la contaminación del aire desencadena el cáncer de pulmón en personas no fumadoras. Este hallazgo no solo confirma el riesgo para la salud que suponen las partículas producidas por la quema de combustibles fósiles, sino que abre la posibilidad de desarrollar nuevas líneas de investigación en la prevención de este tipo de cáncer, el más letal en todo el mundo.

En realidad ya se sabía que la contaminación del aire es muy perjudicial para la salud. De hecho, según un estudio internacional publicado en Nature, 3,2 millones de personas al año mueren prematuramente a causa de respirar aire con partículas finas en suspensión (sobre todo de más de 2,5 micras, es decir, de veinte a treinta veces menos que el diámetro de un cabello). De hecho, las partículas finas también tienen efectos negativos sobre la cognición humana, reduciendo la capacidad del aprendizaje, según demostró un equipo científico español. Incluso la exposición materna a la contaminación del aire durante el embarazo se relaciona conefectos adversos sobre la salud del recién nacido, y puede duplicar el riesgo de que un niño nazca con autismo.

Ha sido en el marco de la conferencia anual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) en París, donde Charles Swanton, del Instituto Francis Crick del Reino Unido, ha presentado esta nueva investigación que aún no ha sido publicada en ninguna revista científica. Según ha explicado el propio Swanton, su equipo ha analizado los datos de salud de más de 460.000 personas en Inglaterra, Corea del Sur y Taiwán.

Mutaciones en dos genes clave

Se ha confirmado de nuevo que las partículas finas en suspensión aumentan el riesgo de mutaciones en los genes EGFR y KRAS, ambos relacionados con el cáncer de pulmón. Pero lo más sorprendente es que se han encontrado mutaciones de estos genes incluso en los pulmones aparentemente sanos de personas que nunca habían fumado. Al parecer, estas mutaciones permanecen latentes y empeoran con la edad. Sin embargo, el trabajo de Swanton demuestra cómo la inflamación provocada por el aire contaminado es el que acelera el desarrollo de estas mutaciones.

Por esa razón, Swanton espera que su hallazgo brinde una base para una futura prevención molecular del cáncer, donde quizá se pueda proporcionar a las personas con mutaciones ya latentes una píldora para reducir el riesgo de cáncer. Después de todo, si bien podemos evitar fumar, difícilmente podemos escoger no respirar aire contaminado (al menos, no de momento).