Más de 100 billones de microorganismos viven en nuestro cuerpo. Durante décadas los hemos combatido con antibióticos y desinfectantes, sin embargo, a medida que los conocemos mejor, hemos descubierto que son nuestros aliados y que realizan funciones cruciales para nuestra salud. Estos son algunos alimentos, ingredientes y suplementos que pueden ayudar a mejorar la presencia de estas bacterias buenas en nuestro organismo.
Alimentos que tienen bacterias beneficiosas
Los probióticos, que según la Organización Mundial de la Salud son microorganismos vivos que tienen un efecto beneficioso sobre la salud cuando se toman en las cantidades adecuadas, desempeñarán un papel clave en la medicina personalizada: se podrán diseñar cócteles para cada individuo con una determinada combinación de microorganismos que resulte positiva para la salud. Por el momento, los dos probióticos más estudiados son Lactobacillus y Bifdobacterium. Están presentes en algunos alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir o la col fermentada.
Ingredientes prebióticos que nutren la flora
Además de los probióticos, los prebióticos también ayudan a mantener una buena salud digestiva. Según la definición de la Asociación Internacional de Prebióticos y Probióticos (ISAAP, por sus siglas en inglés), los prebióticos son componentes funcionales de los alimentos que las enzimas humanas no pueden digerir, como algunos tipos de fibra. Sirven de alimento a algunos grupos específicos de bacterias, como las bifidobacterias, y promueven su proliferación. Están presentes, por ejemplo, en vegetales y frutas como el ajo, la cebolla, el puerro, el espárrago, la alcachofa, el tomate y el plátano.
Suplementos de bacterias para tratar alteraciones
En los hospitales ya se administran suplementos alimentarios de probióticos en forma de cápsulas o gotas para tratar la infección provocada por la bacteria Clostridium difficile, que puede ocasionar la muerte; también para evitar que los bebés prematuros padezcan enterocolitis necrosante, una inflamación que destruye partes del intestino. Son muy últimas asimismo para mitigar síntomas de trastornos intestinales, para prevenir las diarreas derivadas del tratamiento con antibióticos, para tratar infecciones vaginales y para reducir la incidencia de duración de los cólicos del lactante.