Australotitán, “el titán del sur”, es el nombre dado por los científicos a un nuevo género de dinosaurios saurópodos (popularmente llamados “dinosaurios de cuello largo”) identificado en Australia y representado por una única especie conocida hasta ahora, el Australotitan cooperensis. Se trata del mayor dinosaurio que se ha encontrado en Australia -medía entre 25 y 30 metros de longitud y entre 5 y 6'5 de altura- y, según las estimaciones, uno de los quince más grandes en todo el mundo.
Sus restos fueron encontrados a partir de 2005 en Cooper Creek (Queensland), el lugar que ha dado nombre a la especie. Hasta la fecha se han recuperado huesos de varios ejemplares, especialmente de las extremidades y el pubis, que no bastan para recrear un esqueleto completo pero sí para identificarlo como un género distinto de los conocidos anteriormente. Por primera vez, un equipo del Museo de Queensland y del Museo de Historia Natural de Eromanga usó tecnología 3D para analizar los huesos y compararlos con las especies más cercanas. El estudio se ha publicado en la revista científica Peer J.
Una gran familia
Los huesos se han comparado con las de otras especies similares encontradas en la zona y se ha llegado a la conclusión de que todas pertenecían a una misma familia, los diamantinasaurios, de los que el Australotitan cooperensis es la especie más grande conocida. Lo siguen el Wintonotitan wattsi y otras dos especies más pequeñas en tamaño y de complexión más compacta, el Diamantinasaurus matildae y el Savannasaurus elliottorum.
Sin embargo, los autores del estudio matizan que no han “podido situar de forma concluyente a estas cuatro especies emparentadas en el mismo lugar y al mismo tiempo. Esto significa que podrían haber evolucionado a lo largo del tiempo para ocupar hábitats muy diferentes, incluso es posible que nunca hubieran coincidido”. El Australotitan cooperensis vivió en el periodo Cretácico tardío, hace unos 96-92 millones de años. Añaden que estas especies también están emparentadas con los titanosaurios de Sudamérica y Asia, por lo que se podrían haber expandido a lo largo de los diversos continentes durante los periodos en los que el nivel del mar era más bajo.
El descubrimiento es un gran hito en un momento feliz para la paleontología australiana. El doctor Jim Thompson, CEO del Museo de Queensland, afirma que “Australia es una de las últimas fronteras para los descubridores de dinosaurios y Queensland está cimentando rápidamente su lugar como la paleo-capital del país”. En los últimos veinte años se han hecho muchos nuevos descubrimientos de dinosaurios y megafauna y afirma que “aún hay mucho por descubrir”.