Al igual que el resto de agujeros negros de la Vía Láctea y el resto de galaxias, estas estructuras cósmicas se caracterizan por no dejar escapar ni siquiera la luz del sol. De ahí su revelador nombre. Aunque no se pueda ver el agujero negro en sí, pues se trata de un objeto totalmente oscuro, el gas brillante que lo rodea muestra una región central oscura (llamada sombra) rodeada por una estructura brillante en forma de anillo.

El agujero negro se halla a unos 27.000 años luz de la Tierra, justo en el centro de nuestra galaxia y es extremadamente pesado: su masa es equivalente a la de cuatro millones de soles.

En los años 90 los científicos del Instituto Max Planck (Alemania) y la Universidad de California, detectaron su presencia tras analizar la brutal atracción que ejercía sobre las estrellas que lo circundan y que hace que se muevan a una gran velocidad. Es decir, hasta el momento los científicos habían visto estrellas orbitando alrededor de algo invisible, compacto y muy masivo en el centro de la Vía Láctea. Ahora, la primera foto de este agujero negro, confirma que aquellos astrónomos estaban en lo cierto y un gigantesco agujero negro está situado en el centro de la Vía Láctea.

La primera "foto" de un agujero negro

Este nuevo hito llega tras el anuncio en 2019 de la captación de la primera imagen de un agujero negro, M87*, situado también en el centro de la galaxia Messier 87.

Ambas imágenes de los dos agujeros negros son muy similares a pesar de que el agujero negro de nuestra galaxia es más de mil veces más pequeño y menos masivo que M87*. Como explica Sera Markoff, copresidente del Consejo Científico del EHT y profesor de astrofísica teórica en la Universidad de Ámsterdam "tenemos dos tipos completamente diferentes de galaxias y dos masas de agujeros negros muy diferentes, pero cerca del borde de estos agujeros negros se ven increíblemente similares . Esto nos dice que la Relatividad General gobierna estos objetos de cerca, y cualquier diferencia que veamos a mayor distancia se debe a diferencias en el material que rodea los agujeros negros".

Como apunta el científico del EHT Chi-kwan Chan, del Observatorio Steward y del Departamento de Astronomía y del Instituto de Ciencia de Datos de la Universidad de Arizona (EE UU), "el gas en las proximidades de los agujeros negros se mueve a la misma velocidad -casi tan rápido como la luz- alrededor de Sagitario A* y de Messier 87*. Pero, mientras que el gas tarda entre días y semanas en orbitar alrededor de M87*, más grande, en Sagitario A*, mucho más pequeño, completa una órbita en cuestión de minutos. Esto significa que el brillo y el patrón del gas alrededor de Sgr A* cambiaban rápidamente: era un poco como intentar tomar una foto clara de un cachorro que persigue rápidamente su cola".