Un nuevo género y especie de gibón, Junzi imperialis, que probablemente sobrevivió hasta hace menos de 300 años, ha sido descubierto gracias a unos huesos excavados en una cámara funeraria de unos 2.300 años de antigüedad, posiblemente construida para la dama Xia, la abuela de Qin Shi Huang, el primer emperador de una China unificada y el líder que ordenó erigir la Gran Muralla y que fue enterrado junto a los célebres guerreros de terracota. La tumba de la dama Xia, primeramente excavada en 2004 en la provincia de Shanxi, en el centro de China, contenía 12 fosas con restos de animales, entre ellos huesos de gibones. Un sofisticado sistema de modelación computarizada ha revelado que pertenecen a un nuevo género y especie de gibón, ya extinto. Todos los simios del mundo, tanto los chimpancés como los gorilas, orangutanes y gibones, están actualmente amenazados por la extinción debido a las actividades humanas, pero no se sabía que se había extinguido una especie de simio como consecuencia de la caza tradicional o de la pérdida de hábitat, según explicó el pasado jueves la Sociedad Zoológica de Londres, que ha dirigido el estudio, publicado en Science.

"Esta especie previamente desconocida probablemente estaba muy extendida, puede que persistiera hasta el siglo XVIII y puede que sea la primera especie de simio que pereció como resultado directo de las actividades humanas. Este descubrimiento también parece indicar la existencia de una diversidad de primates desconocida en toda Asia", señalan los autores del estudio en un comunicado de prensa.
Los gibones, los simios más pequeños, se caracterizan por sus intensos cantos y por sus largos brazos que usan para desplazarse por la cubierta forestal, una modalidad de locomoción arbórea que se denomina braquiación. Estos animales fueron importantes en la cultura china durante miles de años, apareciendo tanto en la literatura como en el arte. Sin embargo, y a pesar de ese probable estatus de veneración, Junzi se extinguió debido a las actividades humanas del pasado, entre ellas la deforestación y la caza.
"El descubrimiento y descripción de Junzi imperialis sugiere que estamos subestimando el impacto de los humanos en la diversidad de primates", afirma Samuel Turvey, el principal autor del estudio, de la Sociedad Zoológica de Londres.