Una investigación a largo plazo sobre los genomas de las poblaciones de mamut lanudo, para la cual era necesario conocer el sexo de los individuos, ha permitido descubrir un desequilibrio entre los restos fosilizados de esta especie extinta: los fósiles, recogidos en diferentes partes de Siberia, con mayor frecuencia proceden de machos que de hembras.

"Hemos usado los datos genómicos para determinar el sexo de 98 especímenes de mamut lanudo (Mammuthus primigenius) con el fin de inferir pautas sociales y de comportamiento en los últimos 60.000 años de existencia de esta especie", declaran los investigadores en un estudio publicado en Current Biology, entre ellos Patrícia Pečnerová y el español David Díez del Molino, ambos del Museo Sueco de Historia Natural. "Informamos sobre un exceso notable de machos entre las muestras identificadas (un 69% frente a un 31%)", añaden.

Love Dalén, también del Museo Sueco de Historia Natural, explica que "la mayoría de huesos, colmillos y dientes de mamuts y de otros animales de la era glacial no ha sobrevivido" y que los restos hallados en Siberia "se han conservado porque acabaron enterrados y, por tanto, protegidos de los efectos de la intemperie". Los nuevos hallazgos sugieren lo siguiente: los mamuts machos a menudo morían de tal forma que sus restos quedaron enterrados, "quizá al caer en el agua helada de los lagos en invierno o al quedar atrapados en las ciénagas".

Los investigadores creen que los mamuts lanudos vivían de forma similar a los elefantes actuales, con manadas de hembras y de elefantes jóvenes dirigidas por una hembra adulta. En cambio sospechan que los mamuts machos, como los elefantes, con mayor frecuencia vivían en grupos de solteros o solos y exhibiendo comportamientos de riesgo, por lo que "tenían más posibilidades de morir en trampas naturales como las ciénagas, las grietas y los lagos", afirma Dalén.