Un estudio publicado el miércoles en Nature propone una nueva división de la corteza cerebral, la capa fina que cubre la superficie de los hemisferios cerebrales y que es responsable de la percepción sensorial, el pensamiento abstracto o el lenguaje. "Para comprender la sorprendente y compleja corteza cerebral humana se necesita un mapa o una parcelación de sus subdivisiones principales, conocidas como áreas corticales", señala el estudio, dirigido por la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis. "Hacer un mapa real y preciso ha sido un objetivo de la neurociencia desde hace un siglo", reconocen los investigadores.

A comienzos del siglo XX, el neurólogo alemán Korbinian Brodmann dividió el córtex cerebral humano en cincuenta regiones distintas. Matthew Glasser, el autor del estudio reciente, empezó a estudiar las conexiones entre las diferentes áreas del cerebro responsables del lenguaje y se sintió frustrado con el mapa propuesto por Brodmann y con el uso que se le daba en la neuroimagen. "Rápidamente me pareció obvio que necesitábamos una mejor manera de mapear las áreas en los cerebros vivos que estábamos estudiando", declara Glasser.

Los investigadores han reunido información de 210 adultos jóvenes y sanos de ambos sexos

Los investigadores han reunido datos gráficos cerebrales de 210 adultos jóvenes y sanos de ambos sexos. El nuevo mapa cerebral está basado en múltiples mediciones del cerebro a través de la técnica de resonancia magnética. Entre otras cosas se han analizado los diferentes grosores de la corteza, la cantidad de aislamiento que hay alrededor de los cables neuronales, los niveles de mielina o la conectividad entre las diferentes regiones. "Hemos descubierto 180 áreas en cada hemisferio, pero no creemos que sea el número final. En algunos casos hemos detectado partes del córtex que probablemente se podrían subdividir, pero no hemos podido establecer límites fiables con la actual información y técnicas. Los futuros investigadores dispondrán de mejores métodos para subdividir estas áreas. Nos hemos centrado en unos límites que estamos seguros que resistirán la prueba del tiempo", afirma Glasser.

Cada individuo tiene un diseño cerebral único, pero los investigadores han ideado un algoritmo que puede ser aplicado individualmente para localizar las diferentes áreas del cerebro. De este modo se podrán utilizar los mapas individuales para personalizar un tratamiento, por ejemplo en enfermedades neurológicas y psiquiátricas. El nuevo mapa supondrá un impulso en el estudio de trastornos cerebrales como el autismo, la esquizofrenia, la demencia y la epilepsia.