Un pequeño asteroide, un pedrusco de unos 2 metros de largo, se desintegró el sábado pasado sobre Botsuana, en el sur de África, pero a varios kilómetros de la superficie, creando una brillante bola de fuego en el cielo vespertino que fue vista por varios observadores e inmortalizada en vídeo, según reveló ayer el Jet Propulsion Laboratory de la NASA. El asteroide, designado 2018 LA, fue descubierto el sábado por la mañana por el Catalina Sky Survey, un proyecto fundado por la NASA sobre todo para descubrir asteroides potencialmente peligrosos, cerca de Tucson, en el estado de Arizona. El asteroide entró en la atmósfera de la Tierra a las 18:44 hora local y a una velocidad de 17 kilómetros por segundo, sin causar daños.

El asteroide fue descubierto el sábado 2 de junio por la mañana y se supo al instante que llevaba una trayectoria de colisión con la Tierra, pero su señal era tan débil y su tamaño debía de ser tan pequeño que se esperaba su desintegración segura al entrar en contacto con la atmósfera terrestre. Los científicos supieron después que, en el momento en que fue descubierto, se encontraba a una distancia similar a la órbita de la Luna. Se enviaron alertas automáticas a la comunidad de observadores de asteroides y a la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria, en la sede principal de la NASA en Washington D.C.

El asteroide fue detectado cuando estaba a una distancia similar a la órbita de la Luna

"El descubrimiento del asteroide 2018 LA es sólo la tercera vez que se ha descubierto un asteroide en una trayectoria de impacto", dice Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Próximos a la Tierra (CNEOS). "Además es sólo la segunda vez en que la alta probabilidad de un impacto ha sido prevista con bastante antelación al evento", asegura. El primer evento de este tipo ocurrió sobre el norte de Sudán en octubre de 2008, con un asteroide de unos 4 metros de tamaño, y el segundo sobre el océano Atlántico en enero de 2014, apenas unas pocas horas antes del impacto.