Europa, uno de los cuatro satélites principales de Júpiter, es uno de los objetos astronómicos más fascinantes para la NASA. La agencia espacial estadounidense cree que en el subsuelo de Europa hay un océano o depósito de agua líquida del cual brotan gigantescas columnas de vapor de agua que se elevan a decenas de kilómetros por encima de la superficie helada. Los científicos se preguntan si Europa tiene los ingredientes necesarios para la vida.

En 2012, las imágenes ultravioletas procedentes del telescopio espacial Hubble sugirieron la presencia de columnas de vapor de agua en Europa, pero más cerca de la luna de Júpiter estuvo la misión Galileo en 1997, a unos 200 kilómetros por encima de la superificie del satélite natural. Xianzhe Jia, el principal autor de un estudio sobre este tema, publicado ayer en Nature Astronomy, ha revisado la información recogida en su día por Galileo y, efectivamente, ha localizado una breve curvatura en el campo magnético de Europa que indicaría la existencia de una de esas columnas. "La información estaba ahí, pero necesitábamos unos modelos sofisticados para que la observación tuviera sentido", dice Jia.

Mediante un modelo en 3D, desarrollado en la Universidad de Míchigan, los autores del estudio han podido demostrar que la ubicación, duración y variaciones del campo magnético y las mediciones de las ondas de plasma son consistentes con la existencia de una y varias columnas de vapor de agua en Europa. El hallazgo supone una buena noticia para la futura misión Europa Clipper, que será lanzada a partir de junio de 2022. El vehículo espacial navegará cerca de Europa y, si efectivamente surgen columnas de vapor del subsuelo de la luna, podría tomar muestras del líquido helado y de las partículas de polvo. ¿Tendrá Europa los ingredientes para la vida?