Unas larvas de crisopas verdes, encerradas en ámbar del norte de Birmania, de unos 100 millones de años de antigüedad, no sólo han permitido describir un nuevo género y especie de insecto crisópido (Phyllochrysa huangi), sino que además representan "el primer ejemplo de mimetismo directo en larvas de crisopas", según los autores de un estudio publicado la semana pasada en Current Biology. Las larvas de los crisópidos normalmente se camuflan de las aves mediante una carga protectora hecha con restos de otros insectos, trozos de plantas o granos de arena, pero las larvas de esta nueva especie del Cretácico presentan unas modificaciones anatómicas a imitación de las plantas hepáticas de la época.

"Una serie de larvas conservadas en ámbar del norte de Birmania están morfológicamente modificadas de tal forma que las protuberancias dorsales del cuerpo, en vez de estar especializadas en la recogida y enredo de residuos, forman unos lóbulos foliares amplios e inconfundibles, y por sí mismos apicalmente trilobados o bilobados, que coinciden enormemente con las hepáticas contemporáneas, que aparecen frecuentemente como inclusiones en los mismos depósitos", afirman los autores del estudio. "Estas larvas son el primer ejemplo de mimetismo directo en larvas de crisopa, una innovación evolutiva que se perdió posteriormente en el linaje", concluyen.