Las misteriosas áreas brillantes del planeta enano Ceres siguen despertando interés y fascinación. La sonda espacial Dawn emprenderá brevemente una órbita de diferente plano y de gran altitud, a unos 20.000 kilómetros de distancia de Ceres. Esto ocurrirá a mediados o finales de la primavera. Dawn se situará en oposición con Ceres, con el Sol brillando directamente detrás, lo que permitirá observar el brillo de los depósitos de sal con mayor detalle.

Un nuevo estudio, publicado en The Astronomical Journal, sugiere que la mancha brillante en el centro del cráter Occator, conocida como Cerealia Facula, es relativamente joven: tiene cuatro millones de años de antigüedad, mientras que el cráter sobre el que se extiende fue producido por un impacto hace 34 millones de años. La mancha brillante cubre y rodea una elevación en forma de cúpula que es "espectralmente homogénea, exhibiendo características de absorción que son acordes con los carbonatos", dicen los autores del estudio, encabezado por Andreas Nathues. El material más reflectante de Occator estaría compuesto por sales carbonatadas y las pequeñas manchas brillantes, denominadas Vinalia Faculae, son una mezcla de carbonatos y materia oscura, según explica la NASA en un comunicado que difundió ayer.

Los científicos proponen la siguiente historia geológica: un impacto de un meteorito u otro cuerpo celeste originó el cráter Occator y el líquido salobre ascendió desde un depósito subterráneo rico en carbonatos. Los gases, posiblemente disueltos de las aguas saladas del subsuelo, "favorecieron la ascensión de material rico en carbonatos a través de las fracturas, hasta que se depositó en la superficie".