Tom Harvey, del Departamento de Geología de la Universidad de Leicester, pasó varias horas frente al microscopio buscando microfósiles en lutitas (un tipo de roca sedimentaria) procedentes del oeste de Canadá. Y así descubrió un animal marino tan minúsculo que se consideraba imposible de fosilizar: un loricífero, de menos de un milímetro de longitud y de unos 500 millones de años de antigüedad, de finales del Cámbrico. Fue en este período cuando se produjo una explosión de vida y, relativamente poco tiempo después del origen de los animales, algunos organismos consiguieron vivir en el fondo marino entre los granos de sedimento. "Mucha gente no lo sabe, pero hay un mundo oculto de pequeños animales que habitan entre los granos de arena en las playas y bajo el mar. A pesar de su pequeño tamaño, estos animales son un eslabón importante en la cadena alimentaria y ayudan a reciclar nutrientes en los ecosistemas marinos", comenta Harvey en un comunicado de la Universidad de Leicester.
"Entre los granos de arena hay un mundo oculto de pequeños animales", dice Tom Harvey
Harvey explica que los loricíferos son tan pequeños que carecen de partes duras en su cuerpo, por ejemplo no tienen caparazón, y por eso nadie esperaba encontrarlos fosilizados. "Resulta sorprendente que en su temprana evolución estos animales ya utilizaron ecologías especializadas propias de la meiofauna: reduciendo sus cuerpos al tamaño de los organismos unicelulares y viviendo entre granos de sedimento en el fondo marino", afirma el geocientífico británico. Estos pequeños invertebrados, que poseen cabeza, boca, tracto digestivo y ano, han sido descritos por Tom Harvey y Nicholas Butterfield, de la Universidad de Cambridge, en la publicación Nature Ecology & Evolution. Los fósiles recientemente descubiertos constituyen una nuevo género y una nueva especie: Eolorica deadwoodensis. "La impresionante diversificación de animales, conocida como la explosión cámbrica, es una fuente de fascinación para mucha gente. Investigar por qué evolucionaron los animales y cómo llegaron a dominar casi todos los ecosistemas de la Tierra es una vieja cuestión científica que afecta al modo en que concebimos nuestro lugar en el universo", concluye Harvey.