El origen del agua en la Tierra sigue siendo un misterio. Una idea, que todavía se considera válida, es que los planetas interiores del Sistema Solar, los más cercanos al Sol (Mercurio, Venus, la Tierra y Marte), estaban totalmente secos durante su formación y el agua llegó posteriormente a través del impacto de cometas helados. Las mediciones isotópicas han sugerido esta posibilidad: el agua de la Tierra es similar a la de los asteroides de naturaleza carbonosa, considerados algunos de los objetos más antiguos del Sistema Solar, los pedruscos primordiales a través de los cuales se formaron los planetas. Todos estos asteroides ricos en agua impactaron en la Tierra en formación y trajeron el agua, un proceso que también podría explicar la presencia de agua en el interior del manto de la Luna o los depósitos de hielo detectados en las regiones polares de Mercurio. "El origen y el traslado del agua y de los volátiles es una de las grandes cuestiones de la ciencia planetaria", dice Terik Daly, un investigador postdoctoral de la Universidad Johns Hopkins, investigando anteriormente en la Universidad Brown, ambas en Estados Unidos.

"Los modelos de impacto nos dicen que el impactador [el objeto que colisiona con otro cuerpo] debería de volatilizarse completamente en muchas de las velocidades de impacto comunes en el Sistema Solar, por lo que toda el agua contenida herviría por el calor del impacto. Pero la naturaleza tiende a ser más interesante que nuestros modelos y por eso necesitamos hacer experimentos", añade Pete Schultz, de la Universidad Brown. Daly y Schultz han hecho un experimento cuyos resultados se publicaron el miércoles en Science Advances. El experimento, usando un cañón de proyectiles de alta potencia del Centro de Investigación Ames de la NASA, ha demostrado que el impacto de asteroides ricos en agua puede introducir sorprendentes cantidades de agua en los cuerpos planetarios. "Estos experimentos revelan un mecanismo por el cual los asteroides pueden llevar agua a las lunas, planetas y a otros asteroides. Es un proceso que empezó mientras se formaba el Sistema Solar y que continúa activo hoy en día", comenta Daly.
"Este proceso empezó durante la formación del Sistema Solar y sigue hoy en día", dice Daly
El experimento: Daly y Schultz han usado proyectiles del tamaño de canicas con una composición similar a las condritas carbonáceas, meteoritos derivados de antiguos asteroides ricos en agua. Los proyectiles han sido lanzados contra un material totalmente seco hecho de polvo de piedra pómez y a unas velocidades de unos 5 kilómetros por segundo, a unas velocidades de impacto y con unos ángulos comunes en todo el Sistema Solar, y los investigadores han comprobado que un 30% del agua inicial había quedado atrapada entre los restos resultantes del impacto. Mientras que partes del impactador se destruyen por el calor de la colisión, se forma una columna de vapor que incluye agua que estaba dentro del impactador. "La fusión del impacto y las brechas [rocas sedimentarias detríticas] se forman dentro de esa columna", afirma Schultz. "Lo que sugerimos es que el vapor de agua es ingerido dentro de las fusiones y brechas que se forman, así que, aunque el impactador pierde el agua, una parte de ella es recapturada mientras la fusión se enfría rápidamente", concluye. El vídeo del experimento, en el siguiente enlace.