Un total de 98 restos humanos ha sido excavado en la Cova Bonica, un yacimiento arqueológico ubicado en Vallirana, en la provincia de Barcelona. Los restos humanos, pertenecientes a un mínimo de seis individuos, desde los tres hasta los 35 años de edad, se encontraban desarticulados, sueltos, y en un espacio inferior a los dos metros cuadrados. Los arqueólogos también han descubierto restos de animales, cabras y ovejas principalmente, fragmentos de cerámica, herramientas de piedra y caracolas perforadas que sirvieron de ornamento. Los restos tienen una antigüedad de unos 7.500 años y, por tanto, serían de los primeros pobladores del Neolítico en la península Ibérica, aquellos individuos procedentes de Oriente Próximo que se asentaron en Europa, donde introdujeron la agricultura y la ganadería. Un estudio previo de ADN, del diente de una de las mujeres, indicó que "eran intolerantes a la lactosa, tenían la piel clara, los ojos marrones y el pelo oscuro", según Montserrat Sanz, de la Universidad Complutense de Madrid. En el estudio, publicado en Journal of Field Archaeology, también han participado Xavier Oms, Joan Daura, Susana Mendiela, Mireia Pedro y Pablo Martínez, de diferentes universidades.
La primera evidencia de inhumaciones colectivas
Los huesos, casi un centenar, corresponden al menos a dos adultos, un adolescente y tres niños. Hay restos craneales, dientes, costillas, cinturas pélvicas y huesos de manos y pies. Los útiles de piedra son de sílex y de cristal de roca y los fragmentos de cerámica, "entre los más antiguos documentados en la península Ibérica", pertenecen a la cerámica cardial, característica de las primeras fases del Neolítico en la cuenca mediterránea. Este hallazgo arroja luz sobre los ritos de enterramiento de los cadáveres y, como señala la Universidad Complutense de Madrid, se trata de la primera evidencia de inhumaciones colectivas. "Observamos que las prácticas funerarias son muy heterogéneas, aunque parece que lo frecuente es encontrar los restos no articulados junto a sus objetos domésticos, por lo que quizá depositaron los cuerpos sin enterrar en cavidades o los enterramientos fueron removidos", sugiere Sanz. "Del Neolítico hay numerosos yacimientos en la península Ibérica, pero son muy escasos los que corresponden al momento más antiguo, como este", concluye la investigadora.