Un equipo de astrónomos alemanes y checos ha utilizado nuevas técnicas para analizar unas observaciones ya existentes sobre unas pequeñas estrellas que orbitan un agujero negro supermasivo que está situado en el centro de la Vía Láctea, a 26.000 años luz de la Tierra, y cuya masa equivale a cuatro millones de masas solares. Los astrónomos han analizado la información recogida por el Very Large Telescope del Observatorio Europeo del Sur (ESO) y por otros telescopios en los últimos 20 años y en el movimiento de la estrella S2 han detectado unos cambios muy sutiles que se ajustan a las predicciones de la relatividad general de Albert Einstein, según informa hoy el ESO. Si se confirman estos cambios, que suponen una mínima variación de la órbita, sería la primera vez que se observan los efectos de la relatividad general en estrellas que orbitan un agujero negro supermasivo.

Lo importante es que los astrónomos han hallado indicios de que la órbita de la estrella S2 se desvía ligeramente de la trayectoria calculada mediante la física clásica. Un efecto similar, pero mucho menor, se observa en la cambiante órbita del planeta Mercurio en el Sistema Solar.

La teoría de la gravedad de Newton fue puesta en tela de juicio a finales del siglo XIX debido a esta medición y finalmente llevó a Einstein a publicar su teoría general de la relatividad en 1915, basada en la curvatura del espacio-tiempo. El resultado de la investigación, dirigida por Marzieh Parsa de la Universidad de Colonia, es el preludio de unas mediciones mucho más precisas y unas pruebas sobre la relatividad general que se realizarán con el avanzado instrumento GRAVITY cuando la estrella S2 pase muy cerca del monstruoso agujero negro supermasivo en 2018.

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