El barro húmedo que queda al descubierto durante la desecación de un lago en nuestro planeta, debido a una sequía prolongada, se acaba secando y agrietando, formándose polígonos casi regulares. Y eso es justamente lo que ha detectado el rover Curiosity en la superficie marciana: unas placas rocosas de formas geométricas separadas por hendiduras poco profundas, un fenómeno que probablemente se originó al secarse y agrietarse el barro de un antiguo lago. "Incluso a cierta distancia pudimos ver un diseño de polígonos de cuatro o cinco lados que no se parecía a las fracturas que habíamos visto previamente con el Curiosity", explica Nathan Stein, del equipo científico del Curiosity. "Se parece a lo que se ve junto a la carretera cuando un terreno fangoso se ha secado y agrietado", comenta. Esta red de fisuras en el terreno ha sido detectada con la Mast Camera en un sitio conocido como Old Soaker, en la parte inferior del Monte Sharp, en el interior del cráter Gale.

Los científicos de la NASA están descubriendo muchas evidencias de intervalos de sequía

La placa rocosa fragmentada, de algo más de un metro de largo, se formó hace 3.000 millones de años y posteriormente quedó enterrada bajo otras capas de sedimento, convirtiéndose todo el conjunto en una roca estratificada. La erosión producida por el viento acabó eliminando las capas superiores y el material que rellenó las grietas resistió a la erosión mejor que las formaciones de fango endurecido, de ahí que los bordes están levantados. Los científicos de la NASA han examinado el material de relleno de estas grietas y otras halladas en Old Soaker para saber si se originaron por aguas subterráneas o superficiales. "Los antiguos lagos variaron en profundidad y extensión a lo largo del tiempo, y a veces desaparecieron. Estamos descubriendo muchas evidencias de intervalos de sequía en unos lagos que se consideraban de larga duración", asegura Ashwin Wasavada, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA.