El paleontólogo sudafricano Billy de Klerk descubrió en 2005 el fósil más completo de la especie Heterodontosaurus tucki, un pequeño dinosaurio herbívoro de dientes afilados que existió hace unos 200 millones de años, a comienzos del Jurásico. El magnífico espécimen se encontraba muy bien conservado, pero su cráneo y huesos estaban incrustados en unas rocas situadas en un arroyo de la Provincia Oriental del Cabo, en Sudáfrica. Cualquier intento de extraer los restos óseos de las rocas hubiera causado daños irreparables en el fósil. Pero hoy, las técnicas no invasivas como la tomografía computarizada están revolucionando la paleontología: mediante el escaneado se puede reconstruir digitalmente un fósil, con todos sus detalles anatómicos y de este modo se consigue superar la típica limitación del espacio bidimensional, es decir, anchura y longitud. Del 21 al 26 de julio, el excepcional fósil descubierto por De Klerk ha recibido un escaneado completo en el ESRF (European Synchrotron Radiation Facility) de Grenoble, que cuenta con una potentísima máquina de rayos X. "Los resultados proprocionarán información muy valiosa sobre el estilo de vida de los primeros dinosaurios comedores de plantas", destaca el ESRF en un comunicado reciente.

Las técnicas no invasivas superan la típica limitación bidimensional de un fósil

El Heterodontosaurus tenía dientes caninos afilados en la parte anterior de la boca y muelas en la parte posterior para masticar y triturar los alimentos. Su cuerpo era pequeño pero tenía la cola alargada y debió de ser muy ágil. Su fósil ha sido sometido a un proceso de escaneado durante cinco días y los investigadores han podido obtener las primeras imágenes. "Al visualizarlas podemos aprender unas cuantas cosas sobre su cráneo. Se trata probablemente de un dinosaurio joven: los huesos del cráneo no están firmemente suturados", explica Jonah Choiniere, del Instituto de Estudios Evolucionarios de la Universidad del Witwatersrand. "En los primeros escáneres podemos ver las aberturas en el cráneo para los órganos del equilibrio. Podemos reconstruir digitalmente los órganos del equilibrio del animal y saber cómo sostenía su cabeza y cómo interactuaba con su entorno. Este tipo de información no se puede obtener simplemente observando el cráneo en 2D, así que esto es muy emocionante", agrega. La investigación, a largo plazo, permitirá comprender cómo comía, cómo se movía y cómo respiraba el Heterodontosaurus tucki.