Un equipo de científicos, dirigido por Neil Gemmell de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, investigará las turbias y profundas aguas del lago Ness (Escocia) en junio de 2018, según informa hoy dicha universidad. Los investigadores tomarán muestras de ADN ambiental de las aguas del lago con el fin de detectar pequeños restos de ADN procedentes de organismos antiguos o existentes.

"La perspectiva de buscar evidencias del monstruo del lago Ness es la gracia del proyecto, pero nuestro trabajo sobre todo nos brindará una extraordinaria cantidad de nuevos conocimientos sobre los organismos que habitan en el lago Ness, el de mayor volumen del Reino Unido", declara Gemmell. "Grandes peces como los siluros o los esturiones han sido propuestos como posibles explicaciones al monstruo del mito; podemos poner a prueba esta y otras ideas", añade.

"Cuando una criatura se mueve por su entorno deja tras de sí pequeños fragmentos de ADN de la piel, de las escamas, de las plumas, de la piel, de las heces o de la orina. Este ADN puede ser recogido, secuenciado y luego usado para identificar la criatura mediante la comparación de la secuencia obtenida con una gran base de datos de secuencias genéticas conocidas de 100.000 organismos diferentes; si encontramos una coincidencia exacta generalmente podemos averiguar dónde encaja esa secuencia en el árbol de la vida", explica Gemmell.

El equipo científico podría documentar nuevas especies vivas, particularmente bacterias, y también podría proporcionar información importante sobre el alcance de varias especies invasoras que han sido vistas recientemente en el lago, por ejemplo el salmón rosado, y sobre las especies endémicas que residen ahí. El uso de ADN ambiental revelará qué especies viven en las oscuras y misteriosas aguas del lago Ness.