Encélado, una de las muchas lunas de Saturno, se volteó en el pasado remoto, posiblemente debido a la colisión de un cuerpo pequeño como un asteroide, según acaba de revelar el Jet Propulsion Laboratory de la NASA. El eje de rotación del satélite saturniano, bajo cuya superficie helada podría haber un océano de agua líquida con las condiciones necesarias para la vida, pudo reorientarse tras la colisión en un proceso que duró millones de años, inclinándose unos 55 grados de su posición original. "Hemos encontrado una cadena de cuencas o zonas bajas que trazan un cinturón a lo largo de la superficie lunar y creemos que son los vestigios de un ecuador y unos polos que existieron anteriormente", afirma Radwan Tajeddine, de la Universidad Cornell y principal autor del estudio, publicado en Icarus.

La región que hay alrededor del actual polo sur es geológicamente activa y presenta unas fracturas lineales denominadas rayas de tigre. Tajeddine y sus colegas sostienen que un asteroide pudo chocar contra esa región en el pasado, cuando estaba cerca del ecuador. "La actividad geológica que se observa en ese terreno es improbable que se iniciara por procesos internos. Creemos que semejante reorientación de la luna sólo pudo ser ocasionada por un impacto en ese terreno anómalo", declara Tajeddine.

Un impacto, u otro proceso extraordinario que creó las rayas de tigre, consiguió redistribuir una parte de la masa de Encélado y la rotación de la luna se volvió inestable y tambaleante, hasta que finalmente se estabilizó a lo largo de millones de años, gracias a un mecanismo conocido como deriva o desplazamiento polar real. Eso explicaría por qué los polos de Encélado son diferentes en la actualidad: el sur es activo y geológicamente joven, mientras que el norte está cubierto de cráteres y parece más antiguo.