Ingredientes fundamentales para el origen de la vida en la Tierra, entre ellos la glicina y el fósforo, han sido detectados en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, informó la Universidad de Berna el viernes pasado en un comunicado. Las detecciones han sido realizadas con el instrumento científico ROSINA, ubicado en el orbitador Rosetta y que analiza los gases arrojados por el cometa, que es de la familia de Júpiter y que tiene una forma irregular, con dos partes bien diferenciadas y en contacto entre sí. Los científicos hace tiempo que debaten si el agua y las moléculas orgánicas llegaron a la Tierra a través del impacto de cometas y asteroides.

¿El agua y las moléculas orgánicas llegaron a la Tierra a través del impacto de cuerpos celestes?

La glicina, de pequeño tamaño, es uno de los aminoácidos que forman las proteínas de los seres vivos. Es muy difícil de detectar porque se sublima (pasa del estado sólido al gaseoso) ligeramente por debajo de los 150°C y, debido a las frías temperaturas, poco se libera del cometa en estado gaseoso. Los investigadores también han descubierto metilamina y etilamina, que son moléculas precursoras. Otro gran descubrimiento del instrumento científico ROSINA es el fósforo, que se ha detectado por primera vez en un cometa. El fósforo es un elemento clave en todos los organismos vivientes, perceptible en el semen y que se encuentra en las estructuras del ADN y del ARN.

"La multitud de moléculas orgánicas ya identificadas por ROSINA, más la emocionante confirmación de otros ingredientes fundamentales como la glicina y el fósforo, confirma nuestra idea de que los cometas tienen el potencial de liberar moléculas clave para la química prebiótica", dice Matt Taylor, científico del proyecto Rosetta en la Agencia Espacial Europea. "Uno de los objetivos principales de la misión Rosetta consiste en demostrar que los cometas son un depósito de material primitivo en el Sistema Solar, unos recipientes que pudieron haber transportado estos ingredientes vitales a la Tierra. Estamos muy satisfechos con los resultados", añade. El estudio, dirigido por Kathrin Altwegg, ha sido publicado en Science Advances.