Dos incisivos superiores de un humano que vivió a finales del Paleolítico superior, hace entre 13.000 y 12.740 años, fueron perforados con una herramienta dura, de hueso o de piedra, y rellenados con un conglomerado de bitumen, fibras vegetales y probablemente pelos, según un estudio publicado en American Journal of Physical Anthropology. Los dientes, pertenecientes a un cazador-recolector, fueron excavados en Riparo Fredian, una zona montañosa en el norte de la Toscana, en Italia. Los investigadores documentan el que probablemente sea el segundo caso de odontología más antiguo, después de un espécimen descubierto en el yacimiento italiano de Villabruna, y demuestran la antigüedad de las intervenciones dentales terapéuticas.

Los dos dientes fueron perforados ante mortem hasta la cámara pulpar, un procedimiento que debió de resultar muy doloroso. Ambas cámaras pulpares fueron agrandadas en forma de circunferencia, como se ha podido comprobar por los rasguños y otras marcas en las paredes interiores de los dientes, y se rellenaron con un material compuesto en sustitución de la pulpa dentaria infectada o muerta. El análisis microscópico ha permitido detectar restos de bitumen, más conocido como el betún, un material orgánico que fue utilizado en la prehistoria para acoplar piezas, por ejemplo un hacha y un mango. "Parece ser que ya se tenían percepciones fundamentales sobre el conocimiento y la práctica biomédica mucho antes de que ocurrieran los cambios socioeconómicos asociados con la transición hacia la producción de alimentos en el Neolítico", concluyen los investigadores.