La imaginación viaja unos 100 millones de años atrás al contemplar estos insectos atrapados en ámbar. Los tres especímenes fosilizados, descubiertos en el norte de Myanmar (Birmania), son del Cretácio medio y corresponden a dos especies diferentes de un nuevo género: Cascomastigus monstrabilis y otra especie sin nombrar del género Cascomastigus. Estos pequeños coleópteros de la subfamilia Scydmaeninae, que se asemejan a las hormigas, "presentan modificaciones morfológicas que son desconocidas entre los scydmaenidos vivientes", según un estudio publicado ayer en Scientific Reports, y además aparecen fosilizados junto con sus presas habituales: los colémbolos, unos insectos diminutos de seis patas, entre los más numerosos de nuestro planeta.

El coleóptero Cascomastigus monstrabilis posee un cuerpo extremadamente grande, unos palpos maxilares alargados que terminan en forma de maza, mandíbulas dentadas y, lo más importante y característico, unas antenas modificadas altas y estilizadas que actuaban como trampas para cazar los colémbolos con los que se alimentaba. "El Cascomastigus es el depredador más antiguo conocido especializado en capturar colémbolos, por lo que este comportamiento se retrasa en unos 54 millones de años por lo menos", afirma Chen-Yang Cai, uno de los autores del estudio, de la Academia China de las Ciencias.