Vesta y Ceres. Las diosas romanas del hogar y de la agricultura, respectivamente. Ambos objetos flotan por el cinturón de asteroides, una región ubicada entre las órbitas de Marte y Júpiter, en el Sistema Solar. Vesta tiene poco más de 500 kilómetros de diámetro y Ceres unos 950 kilómetros de diámetro, prácticamente el doble. Vesta conserva un enorme cráter de impacto denominado Rheasilvia, de unos 500 kilómetros de ancho, casi como su diámetro, mientras que Kerwan, el cráter más grande de Ceres, sólo tiene unos 280 kilómetros. El resto de cráteres grandes, unos 16, apenas superan los 100 kilómetros de anchura. El planeta enano Ceres lleva unos 4.500 millones de años expuesto a todo tipo de proyectiles celestes... ¿Dónde están sus grandes cráteres de impacto?

Un artículo publicado el martes en Nature Communicationstrata de resolver el rompecabezas. Los científicos han analizado las imágenes recogidas por la sonda espacial Dawn, que comenzó a orbitar alrededor de Ceres en marzo de 2015. Simone Marchi y sus colegas han calculado las colisiones que han recibido otros cuerpos celestes desde el nacimiento de Ceres y, según las predicciones, el planeta enano debería de mostrar hasta diez o quince cráteres superiores a los 400 kilómetros de diámetro y al menos cuarenta cráteres superiores a los 100 kilómetros de diámetro. "Concluimos que un número considerable de cráteres grandes han sido borrados de la superficie a lo largo de cientos de millones de años, debido a la composición peculiar y evolución interna de Ceres", observa Marchi, según recoge la NASA en un comunicado.

La ausencia de grandes cráteres en Ceres puede guardar relación con la estructura interna del planeta, que probablemente contiene hielo. El hielo es menos denso que las rocas y, si el subsuelo está dominado por el hielo u otro material de baja densidad como la sal, entonces la topografía podría suavizarse y allanarse de forma relativamente rápida. Los análisis recientes en el cráter Occator, uno de los más grandes, sugieren que las sales halladas en su interior podrían ser los restos de un océano helado que se oculta bajo la superficie y, por tanto, puede que hubiera agua líquida en su interior. Parece ser que Vesta no experimentó estos procesos que suavizaron la topografía de Ceres, quizá porque tiene mucho menos hielo en su interior. "De alguna manera, los grandes cráteres de impacto se han cicatrizado en Ceres y su superficie se ha ido renovando a lo largo del tiempo", sostiene Marchi.