¡Si tienes vértigo deja de leer! Bueno, en realidad ya habrás entrado en pánico tras ver las fotos de este hotel pionero en el planeta. Se trata de algo más que un hotel o un sitio donde pernoctar, realmente es toda una experiencia en sí misma: dormir en una pared vertical colgado a más de 100 metros sobre el suelo.

Cuando hace años se plantearon escalar grandes paredes de todo el mundo, como el famoso “Capitán” de Yosemite, surgió un pequeño problema, ¿cómo dormir a cientos de metros para continuar escalando al día siguiente? Así nacieron las hamacas de pared, una especie de tienda de campaña que colgada de las reuniones (los puntos de anclaje más seguros en una vía de escalada) permitía dormir cómodamente para proseguir la ascensión al día siguiente. Con el paso de los años estas hamacas se han perfeccionado y pasar la noche en una de ellas ya no supone un sufrimiento digno de los más aventureros, sino un disfrute para cualquier amante de la escalada.

Con esta idea de gozar de unas vistas absolutamente excepcionales y pasar una noche distinta nació el Rab Riglos Suite. Cuatro amigos de la zona, Álvaro Novellón, Rafael García, Víctor y Beatriz Bañales, decidieron buscar un patrocinador y “potenciar la fama y el prestigio de Riglos”, un pequeño pueblo cuna de escaladores a unos pocos kilómetros de Huesca, nos explica la propia Bañales. A las marcas de material de escalada Rab y Edelweiss les encantó la idea y ahora, tras pasar todos los trámites, el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Riglos les ha dado el permiso para lanzar esta nueva actividad turística de aventura.

Las hamacas no están puestas fijas en la pared, sino que hay que subir, montarlas y pernoctar. Por eso, nos explica Beatriz Bañales por teléfono, “se requieren ciertas nociones mínimas de escalada”. La actividad comienza por la tarde, se escala junto con un guía titulado hasta unos 100 metros (dependiendo de la pared elegida por los clientes), se duerme después de tomar la cena incluida en el pack y al día siguiente se sigue escalando hasta la cima o se desciende rapelando por el mismo itinerario del día anterior. Incluso existe una opción en el Mallo Colorado de descender hasta la tienda y evitar la escalada inicial.

De momento se pueden elegir cuatro paredes a escalar: “El Puro”, “La Visera”, “El Pisón”y “El Colorado”. En cada habitación se pueden ubicar una o dos hamacas de dos personas, hasta un máximo de cuatro escaladores por habitación, lo que permite disfrutar sólo, pasar una noche romántica en pareja, o disfrutar con varios amigos a la vez.

La pregunta es obligada: ¿y para hacer nuestras necesidades fisiológicas? Junto con la hamaca se sube un inodoro químico portátil para disfrutar de ciertas comodidades en ese “momento íntimo”.

Se trata de una idea única en el mundo, cuyo hermano más parecido se llama SkyLodge Adventure Suites (en Perú). Sin embargo es completamente distinto, pues se trata de una estructura acristalada fija. “¡Como la hamaca de Riglos no existe nada!” apunta Bañales orgullosa de esta idea que, bajo la premisa del respeto al entorno natural y la escalada, pretende impulsar el turismo de aventura de la zona. “Está muy orientado a clientes extranjeros y se ha conseguido mucha difusión Internacional” explica la cofundadora.

Pasar la noche colgado de la pared cuesta un máximo de 300 euros por persona, e incluye el material y la cena basada en gastronomía local. Además se pueden contratar servicios extras de comida e incluso la grabación de la ascensión con un drone.

Ya sabes, si quieres pasar una luna de miel distinta, quieres poner a prueba tu vértigo o simplemente quieres disfrutar de unas vistas excepcionales con la adrenalina al 200%, existe una posibilidad de hacerlo en el norte de España.