El suministro continuado de plátanos atrajo a los chimpancés y permitió a Jane ganarse su confianza. David Greybeard (derecha), que en una ocasión engulló 50 plátanos de una sentada, fue el primer chimpancé de Gombe en perder el miedo al contacto humano. Cuando dejó que Jane lo acicalara, para ella fue «un momento de orgullo», escribió la primatóloga. Ahora se sabe que los chimpancés pueden contraer algunas enfermedades humanas, por eso los investigadores de Gombe deben mantener una distancia de al menos 7,50 metros.
Hugo Van Lawick