Hay ciudades que se construyen con la literatura tanto como con la arquitectura. Son ciudades literarias, cargadas de tradición, de escritores, de poesía; ciudades por las que andar de café en café, donde poder sentarte a leer en un parque o conocer la historia de la literatura del país gracias a alguno de sus museos. Suelen ser ciudades donde las palabras se cuidan, donde huele a papel e imprenta y donde las bibliotecas y las librerías son lugares destacados.
Dada la importancia de este tipo de ciudades, la UNESCO comenzó a incluir a algunas de ellas dentro de su Red de Ciudades Creativas, creada en 2004 para promover la cooperación entre ciudades que tienen la creatividad como factor estratégico en su desarrollo urbanístico. Su objetivo es conservar la tradición literaria en el mundo. La primera Ciudad de la Literatura fue Edimburgo, el mismo año 2004. Luego se han ido sumando ciudades hasta alcanzar las veinte actuales; pero, sin duda, es una cifra que se irá ampliando en el futuro. Así que a los amantes de los libros y de la literatura no les faltará destinos a los que viajar.
Los criterios para ser una Ciudad de la Literatura están en relación a la historia editorial, a los programas educativos y a la cantidad de bibliotecas, librerías y centros culturales que hay en la ciudad. En ellas, también debe destacar cualquier manifestación literaria como elemento fundamental que explique el carácter de la ciudad y sus habitantes.
Gracias a esta iniciativa podemos dar la vuelta al mundo de la forma más literaria posible. En España hay dos ciudades que integran la red Ciudad de la Literatura: Granada fue la primera, en el año 2014 y posteriormente, Barcelona, en el 2015. Podrás viajar desde España por Europa, pasando por Irak y Nueva Zelanda, hasta llegar a Estados Unidos. Sin duda, un viaje lleno de kilómetros y muchos libros.