Cuando las nubes se enredan en la cumbre del pico Amboto, los vecinos del Duranguesado dicen que la diosa Mari está cocinando en su cueva. Tras esos vapores habituales se ocultan las peñas abruptas, los valles profundos y los desfiladeros del Parque Natural de Urkiola (1989), el territorio de esta diosa suprema de la mitología vasca. Por sus dominios se extiende un rosario de enclaves sagrados, santuarios, ermitas y grutas en las que nacieron los mitos. De orografia espectacular, esta reserva vizcaína, que incluye en el sur el valle alavés de Aramaio, alberga también aldeas con caseríos centenarios, huertas mimadas al detalle, hayedos y robledales que trepan por la montaña, así como una amplia red de itinerarios.
Esta ruta comienza en Durango, capital de la comarca, y asciende por la carretera BI-623 hasta el puerto de Urkiola (700 m), en el corazón del parque. A escasos metros de este paso de montaña se encuentra el Centro de Interpretación Toki Alai, equipado con una exposición sobre los valores históricos y naturales de Urkiola, y cámaras que permiten observar en directo las rapaces que habitan en los roquedos.
Paso de peregrinos
En Toki Alai empiezan los principales itinerarios de la reserva, como el paseo que visita ermitas, bosques y miradores alrededor de uno de los corazones espirituales y mitológicos del País Vasco: el santuario de los Santos Antonios de Urkiola (siglo XVII). Este enclave, que ya acogía a los peregrinos hace mil años, durante siglos ha sido el escenario de romerías; en el exterior del templo se encuentra una roca a la que dan vueltas quienes desean conseguir pareja.
En el mismo santuario arranca la ascensión más clásica –también exigente– al monte Amboto (1.331 m), techo del Duranguesado. El recorrido dura unas dos horas y tiene variados paisajes: primero cruza la loma de Urkiolamendi, los pastizales de Asuntze y el collado de Pagozelai, y hacia el final sube por un hayedo hasta la cresta, que cuelga mil metros sobre el valle.
El desfiladero de Atxarte
La base de la montaña también cobija rincones atractivos. Uno de ellos es Abadiño, donde destaca la torre-palacio renacentista de Muntsaratz; en este pueblo también hay restaurantes donde se pueden degustar los chuletones y los quesos de oveja típicos de la comarca. Desde allí, la BI-4335 se dirige al núcleo de Mendiola, a tres kilómetros.
Es el punto de partida en la ruta a pie que cruza el desfiladero de Atxarte, cuyas paredes son meca de escaladores y nido de rapaces. También son protagonistas de leyendas, como la que dice que los gigantes de la mitología vasca apoyaban una rodilla sobre la mole de Untzillatx (934 m) y otra sobre la de Astxiki (791 m) para agacharse a beber del arroyo que corre por el desfiladero. Después de pasar por la ermita del Santo Cristo, las ruinas de un molino y un puente de piedra, las señales blancas y amarillas del sendero PR-BI86 indican un itinerario circular de dos horas por este barranco de Mendiola.
La vía de Arrazola
En el cercano barrio de Apatamonasterio (a 6 km), en el valle de Atxondo, nace la Vía Verde de Arrazola, un camino de cinco kilómetros que sigue el trazado de un antiguo tren minero. La pista, que avanza con el Amboto en el horizonte, pasa por el cargadero de mineral de Marzana, los caseríos de Urrutia y Ollargan en Arrazola –de los más antiguos de Vizcaya (siglo XVI)– y la ermita de San Roque, cuyas aguas bendecidas aseguran buenas cosechas.
Al llegar a El Tope, la vía muere cerca del antiguo poblado minero, hoy engullido por el bosque. Desde ese lugar el viaje puede concluir observando la cara oriental del Amboto, donde se abren la cueva de Mari y el Ojo de Bentaneta, una oquedad por la que el atardecer cuela sus últimos rayos de sol.
PARA SABER MÁS
Cómo llegar: Durango, punto de inicio de este recorrido, se emplaza 32 km al este de Bilbao –ciudad con aeropuerto– por la autopista A8.
A tener en cuenta: Centro de Interpretación Toki Alai: Tel. 946 814 155.
Web del Parque Natural de Urkiola
Web de Turismo de Vizcaya
Web del Ayuntamiento de Durango