Llegar a un lugar de más de 20 siglos de antigüedad siempre produce respeto. Ahí delante, en la suave ondulación que dejan los montes de la Baja Galilea, está Nazaret. En la ciudad, destaca sobre tejados rojos la cúpula oscura de la Iglesia de la Anunciación. Las campanas de las distintas iglesias, los minaretes, los monjes y peregrinos que se mezclan en la calle con una población que es de mayoría musulmana, confieren un poderoso ambiente de religiosidad. Nazaret es la cuna de la cristiandad, el lugar donde transcurrió la infancia de Jesús.
A solo dos horas en coche desde Tel Aviv, la segunda mayor ciudad de Israel, Nazaret es un destino perfecto para pasar un fin de semana. Además, según los evangelios, es el lugar donde comenzó todo para la cristiandad: “Al sexto mes envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven prometida a un hombre llamado José, de la estirpe de David; el nombre de la joven era María”.
48 horas para no perderse nada de Nazaret
Un paseo por cada uno de estos lugares no es solo descubrir el patrimonio de Nazaret, sino, también viajar con la Biblia hasta muchos siglos atrás.
Al andar por las calles de la Ciudad Vieja, pasamos por el mercado de Nazaret, en el que se descubre, entre patios y jardines bien cuidados, todo Oriente Próximo desde los sentidos: incienso, especias, tejidos coloridos, el alboroto de las rutinas cotidianas. A nuestra vista, alzada, la cúpula de la Iglesia de la Anunciación, uno de los lugares más venerados del mundo cristiano. Se trata de una iglesia bizantina que se construyó en el lugar donde según la tradición, el ángel Gabriel anunció el nacimiento de Jesús. Dentro de la iglesia se puede visitar la Gruta de la Anunciación, la antigua cueva donde se anunció a la Virgen María que pronto sería madre. Cerca, se encuentra la Iglesia de San José, justo donde el padre de Jesús tenía su taller de carpintería.
Hay muchas más iglesias y lugares sagrados en Nazaret. En realidad, se trata de un viaje a los escenarios bíblicos. Por eso, al visitar la Iglesia Ortodoxa Griega de la Anunciación, estamos, o al menos se cree, en el pozo donde María sacaba agua cada día. Parece ser que no hay confusión ninguna, porque Nazaret solo tiene una fuente natural. Las rutinas diarias en un lugar con tanta historia acaban teniendo una significación más allá de lo cotidiano; pero si lo que queremos es saber cómo se vivía en los años que Jesús habitó aquí, podemos visitar el Nazareth Village, una atracción que escenifica tal cómo era y se vivía en la zona hace 2.000 años.
Si ascendemos hasta lo más alto de la ciudad, donde se encuentra la Basílica de Jesús Adolescente, de construcción relativamente reciente, dispondremos de una vista panorámica de Nazaret. A veces, no hay nada mejor que alejarse para ver mejor: a nuestros pies, 20 siglos de antigüedad, las suaves colinas que rodean el lugar donde Jesús comenzó a andar. Desde aquí seguimos por el Sendero del Evangelio, una ruta cultural que une los lugares sagrados de Galilea.