Cómo ser un viajero responsable
Viajar no es sólo un destino. Viajar es disfrutar del entorno, cultura, su gente y de las tradiciones de un lugar. Es conocer, respetar y aprender. En el momento en el que una de estas acciones desaparece, entonces podemos afirmar que hemos fracasado como viajeros. Cumplirlas parece fácil, pero lo cierto es que en los últimos años el sector de los viajes ha estado apostando y fomentando ciertas actividades en contra del turismo responsable cuyo efecto está destrozando el planeta. Y nosotros sin saberlo.
Nadar con delfines, alimentar a un tigre, hacer un safari o visitar una tribu, son sólo algunos de los negocios que han aprovechado nuestra buena voluntad para fomentar el maltrato animal y la vulneración de los derechos humanos. No, nada de ello es beneficioso, ni se está ayudando a su desarrollo, al contrario.
Para evitarlo, algunas organizaciones como el Centro español de turismo responsable, que se encarga de proyectos a nivel nacional e internacional; o Faada, enfocada principalmente al maltrato animal, se han encargado de difundir información acerca de aquellas acciones que podemos evitar en nuestros viajes y que ayudan a convertirnos en turistas responsables. Aunque la lista es bastante extensa, hemos seleccionado las más comunes en los paquetes turísticos para que no tengamos que volver arrepintiéndonos.