El régimen nazi alemán es uno de los mayores ejemplos de cómo la propaganda puede llevar a una sociedad a los límites de lo imaginable y abrir heridas que, muchas décadas después, siguen abiertas. ¿Cómo pudo un partido recién fundado convertirse, en solo 15 años, en la base del Tercer Reich y en la bestia que arrasaría Europa? Esta ideología de extrema derecha postulaba, entre otros preceptos, el antisemitismo o la eugenesia. Aunque se cree de manera popular que las condiciones impuestas a Alemania tras la Primera Guerra Mundial por medio del Tratado de Versalles fueron el germen del nazismo, la verdad es que existen otros muchos factores que cambiaron la historia. La aparición de un líder carismático y con una retórica convincente, pero al mismo tiempo brutal y paranoico como Hitler y la profunda crisis económica de los años 30, fueron esenciales para crear el caldo de cultivo de un movimiento radical que marcaría el destino no solo de Alemania sino de todo el mundo con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.