Los dientes de Ardi, algunos incrustados todavía en los maxilares, son más valiosos que cualquier joya para el paleoantropólogo Berhane Asfaw, que los sostiene en las manos. La delgada capa de esmalte, los patrones de desgaste y la composición química sugieren una dieta de frutos y nueces, propia de un habitante del bosque.
Foto: Tim D. White / Museo Nacional de Etiopía, Addis Abeba