Las arañas migalomorfas del género Nemesia son robustas y de cuerpo piloso. Viven en madrigueras subterráneas con forma de tubo que camuflan con una puerta o trampilla circular hecha de seda, vegetación y tierra, desde donde sorprenden a sus presas. Las arañas Nemesia se distribuyen por la región mediterránea y, según un trabajo científico publicado en Journal of Biogeography, se originaron en la península Ibérica y se establecieron en las Islas Baleares a través de los puentes de tierra que hace millones de años unieron las islas y el continente.
Hace más de once millones de años, los antepasados de las actuales Nemesia de las Baleares se extendían desde las cordilleras Béticas, en el sur de la península Ibérica, hasta el territorio que acabaría disgregándose para formar las islas actuales, explica en un comunicado la Universitat de Barcelona (UB), que ha liderado el estudio. Los investigadores de la UB han utilizado técnicas genéticas de filogenia molecular para establecer las relaciones evolutivas entre las Nemesia de las Islas Baleares y las peninsulares. Los resultados han sido comparados con los movimientos tectónicos que configuraron la cuenca mediterránea.
Hace entre 11,6 y 7,2 millones de años, durante el Tortoniense, se aislaron los ancestros de algunas de las especies que se distribuían por la masa continental continua que incluía las cordilleras Béticas y las actuales Baleares, según explica Miquel A. Arnedo, biólogo de la UB. Hace entre 5,9 y 5,3 millones de años, durante el Messiniense, se produjo una acumulación masiva de sal en el fondo del Mediterráneo y una desecación casi completa del mismo, hasta que las aguas atlánticas lo inundaron de nuevo a través de un paso abierto en el actual estrecho de Gibraltar. La península Ibérica y las Baleares estuvieron contectadas temporalmente durante este período geológico y las arañas Iberesia, un género de arañas migalomorfas, llegaron hasta Mallorca y, más adelante, hasta Menorca a través de los puentes de tierra. "Durante las glaciaciones cuaternarias, los ancestros de Iberesia aprovecharon el descenso del nivel del mar, que conllevó la conexión entre Mallorca y Menorca, para colonizar esta última isla", observa Arnedo.
El estudio demuestra la importancia de los movimientos tectónicos en la distribución de la fauna
Los resultados corroboran la escasa capacidad de dispersión de este grupo de arañas y demuestran una vez más la relevancia de los movimientos tectónicos en la configuración de la diversidad actual de la cuenca mediterránea. "La investigación, con métodos similares, continuará con el estudio sobre el origen de la fauna de Nemesia en el resto de islas del Mediterráneo occidental, Córcega, Cerdeña y Sicilia", concluye.